Sin duda uno de los cineastas que más ha revolucionado el séptimo arte en los últimos tiempos, Francis Ford Coppola pasará a la historia por películas como la trilogía de El Padrino, Apocalypse Now y Drácula de Bram Stoker. Entender su importancia dentro del mundo del cine es fácil si analizamos la influencia que ha tenido en otros artistas, como su propia hija Sofia Coppola. 
A sus 79 años y con una trayectoria envidiable, el director sigue luchando por cumplir sus sueños. Uno de los más recientes es Distant Vision, una producción de cine en vivo que en 2016, como el nombre indica, fue emitida ante una audiencia limitada y filmada al mismo tiempo. Coppola quiso llevar a cabo este proyecto experimental con alumnos del colegio universitario de Oklahoma City, quienes a lo largo de un mes trabajaron con él en los preparativos de la fase de preproducción.
Durante ese taller, los estudiantes también ayudaron al cineasta a perfilar el guion, que está basado en la propia biografía del también productor nacido en Detroit. A lo largo de un total de 27 minutos, el filme cuenta la vida de tres generaciones de una misma familia italianoamericana en paralelo al progreso histórico de la televisión: su aparición, su auge y su declive con la llegada de Internet.
Hasta aquel momento, las retransmisiones en directo se habían limitado a eventos deportivos, conciertos o noticias de última hora, pero con el proyecto de Coppola esto podría cambiar para siempre. Además, las dificultades de una producción así son tales que se necesita una coordinación ejemplar, algo que añade todavía más ese sentido épico y transformador que encontramos en todas las revoluciones.
¿Estamos ante un cambio definitivo del arte cinematográfico? Algunos han cualificado a Francis como “extravagante” por querer llevar la fusión del teatro y el cine a otro nivel. Sea como sea, lo que sí puede destacarse del nuevo proyecto del director es la valentía de su creador, no solo por los posibles fallos técnicos que una transmisión en vivo pueda tener, sino sobre todo por su deseo de sacudir los límites de la industria y llevarlo a cabo tan bien.
Hablar de Coppola es hablar, pues, de un visionario, un revolucionario que no se conforma con cambiar los estándares del cine una vez, sino que lo hace con cada uno de los proyectos en los que participa. El director ha sabido desde siempre conectar con su público sin intermediarios, una afirmación que queda de nuevo demostrada con su cine en vivo que en los próximos años a buen seguro veremos prosperar.
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