Meg es una joven que sigue afectada por la desaparición de su padre, Alex. A pesar de que han pasado cuatro años, su actitud antisocial en la escuela y en cualquier otro lugar público la arrastran constantemente a la categoría de "extraña". Y a pesar de que esto no le quita la oportunidad de ganar sus pequeñas batallas, la depresión que la persigue, y su conflicto interno de inconformidad e inseguridad, la obligan a considerarse una completa extraterrestre.
Un día, su hermano Charles Wallace deja entrar a la casa a una mujer llamada Miss Whatsit (Sra. Qué), quien plantea la posibilidad de encontrar a Alex. Así también conocerán a las demás Señoritas celestiales: Miss Which (Sra. Cual) y Miss Who (Sra. Quién), quienes la llevarán a ella, junto a su hermano y un compañero de clase, a un mundo en donde el viaje es transportado a través de la mente. Conocerán diversas criaturas, universos e ideologías que determinarán que tan abierta está Meg a sus "extravagancias".
Esta es otra película de Disney, basada en un libro, que a pesar de que este fuese interesante, la historia se va por un camino que quizás nadie esperaría de esta casa productora: se dirige hacia lo absurdo. Diversos eventos acontecen en esta película, pero parece que solo sus personajes saben que es lo que ocurre y por qué ocurre, pero nunca le explican a la audiencia nada de esto.
En su primer acto, Charles Wallace (a quien siempre llaman así siempre y resulta un poco incómodo) parece conocer todas las Misses, pero nunca explican cómo las conoce y desde cuándo las conoce; así mismo, parece comprender el poder que cada una posee. Es verdad que el personaje es de un niño, probablemente menor de 6 años, y por eso le dan cualidades de ingenuidad y curiosidad, pero su inteligencia es, en muchas ocasiones, superior a la de cualquier otro personaje, y nunca explican por qué. Es difícil creerse el personaje, a pesar de que el actor lo interpreta con mucho talento y naturalidad.
Del mismo modo, el personaje de Meg es muy conflictivo; en algunas ocasiones parecía sobreactuado y en otras le faltaba chispa. El personaje de Calvin (el interés amoroso de Meg) es muy difícil de seguir; dice cosas muy poco creíble para la edad que se supone ese personaje tiene, pero también sus acciones parecen totalmente innecesarias, casi diciéndose a sí mismo que fue inutil llevarlo a este mundo, porque no ayudó en nada, y solo fue para que la chispa entre Meg y él creciera aún más.
En cuanto a las Misses, son quizás los personajes mejor desarrollados de la historia, pero aún así, le faltan mayor explicación a la ideología de cada una, y cuáles son sus verdaderas intenciones en la historia. Lo más disgustante es que todos estos actores son sobresalientes y tienen el suficiente talento para manejar cualquier tipo de personaje; parece ser más bien un problema en el trabajo de guión y dirección. Ava DuVernay quizás fue la persona equivocada para dirigir esta película, porque no logra ni la mitad de lo que logró transmitir en sus tramas antecesoras.
La historia tiene un giro interesante al final, que no quisiera arruinar a nadie, donde los papeles se invierten y el "villano" es quien menos se esperaría cualquier persona, no obstante, también establece el conflicto de que no hay un verdadero villano y que en realidad la protagonista se está enfrentando el 70% de la película a sí misma.
Además, su fotografía y la producción de diseño en todos sus detalles, como el vestuario de los personajes y el maquillaje, son los mejores aspectos de esta película, que lograron lo que le faltó a la historia: da una idea del tipo de personaje que es cada uno y el tipo de mundo al que llegan para iniciar su búsqueda.
Esta es una película decepcionante, pues creó grandes expectativas en su audiencia; sin embargo, la sobrecarga de efectos especiales, más la escasez de lógica en su historia y personajes, la convierten en una película muy confusa de entender y de seguir. Su audiencia se preguntará constantemente por qué ocurren determinadas situaciones, y lo más angustiante de todo es que nadie les responderá.