Si hay una saga en el universo cinematográfico de Marvel que hace bromas de todo tipo, es la de Thor. Lanzado en el 2011, la primera película sirvió como una introducción al mundo del hijo de Odin, pero carecía de ambición. Mientras que el segundo opus, "Thor: The Dark World" (2013), fue un resultado muy por debajo del promedio. El dios del trueno necesitaba un tono diferente, y la elección de Taika Waititi para la realización había dado vastas esperanzas.
Localizado dos años después de los eventos de "Avengers: Age of Ultron" (2015), Thor, hijo de Odin, se da cuenta de que su patria Asgard está en grave peligro. Debe hacer algo antes de que ocurra Ragnarok: la batalla del fin del mundo. La aparición de Hela, la diosa de la muerte, es solo el primer obstáculo que Thor y su medio hermano Loki deben enfrentar. Luego de una exhaustiva pelea, nuestro héroe se ve sin su preciado martillo Mjölnir, y asi queda varado en el planeta Sakaar, donde competirá en una pelea de gladiadores con Hulk, para poder lograr su liberación. Al principio esto suena mucho menos complicado que las historias de las otras películas de Marvel, y así es. Thor: Ragnarok se narra en línea recta y sorprendentemente rara vez salta de un lado, el único paralelismo narrativo es sobre Hela en Asgard y Thor/ Hulk en Sakaar. El hecho de que el interés de la audiencia se mantenga, se debe en gran parte en su humor negro.
Escrito por Stephany Folsom, Craig Kyle y Christopher Yost, “Thor: Ragnarok” nos lleva a la aventura más grande del dios del trueno. Los dos últimos escritores nombrados son conocidos por escribir cómics y episodios de dibujos animados para Marvel. Estos ofrecen nuevas ideas que revitalizan el personaje de Thor y le ofrecen la aventura que se merecía. Así que vamos de mundo a mundo (Sakaar, Tierra, Asgarde, etc.) a cien por hora, con algunos descansos para recuperar el aliento. Además, han inyectado ese aliento épico que necesita el dios, ya sea en la primera escena, o durante la pelea en una arena de gladiadores o en el momento de la confrontación final. Así que no, no vamos a echar a perder la película, pero los giros son muchos, e incluso vienen con sorpresas. El director toma decisiones radicales, traza una línea sobre el pasado y abre una nueva era. No se puede negar que esto es lo mejor de la película. Sentimos esta frescura a través de toda la cinta. A pesar de las conexiones con el resto del universo cinematográfico de Marvel, creemos que esta aventura es realmente la de Thor. Una aventura personal e independiente en la que, con la complicidad de varios personajes, debe cumplir su destino.
El humor de la película está calibrado, y es así que quedamos sorprendidos ante algunos gags, como los cameos de dos conocidos actores. Algunos gags se repiten y dicha insistencia puede molestar a algunos espectadores. El humor también sirve, en algunas escenas, y allí es quizás el único punto negro de la película, para distender una acción dramática. Esto es a veces en detrimento de la tensión, no muy presente en la película. Por lo tanto, la tercera parte de la serie Thor no solo tiene su propia letra, es casi como si la figura se reinventara aquí en ciertas partes. El hecho de que el director Taika Waititi (Hunt for Wilderpeople, 2016) no solo encontrara la mejor manera posible de contar la historia, sino que la hiciera entretenida y despreocupada, es una verdadera sorpresa.Quien no quiere perderse la transición obligatoria a la próxima película del universo cinematográfico Marvel, debe esperar la escena durante los créditos. Si permaneces hasta el final, serás recompensado con otro, lo que obviamente no tendrá más impacto. Que las películas cómicas de Marvel prometan una acción impresionante no es algo nuevo. Sin embargo, no se esperaba que un cineasta relativamente desconocido como Taika Waititi se atreva a ofrecer algo nuevo, no solo en términos de contenido, sino de estilo. Su decisión de ubicar a Thor: Ragnarok como una comedia de fantasía también tiene éxito gracias al gran elenco.
Chris Hemsworth nació para este personaje y crea una extraordinaria química con Tim Hiddleston y Jeff Goldblum. En algunos de sus mejores momentos correctos, la película vuelve a temas serios, ofreciendo no solo lo mejor en entretenimiento, sino también la mayor y mejor aventura de Thor hasta la fecha. Las imágenes son una maravilla, la atmósfera casi contagiosa, el extraordinario uso de colores, armonizados perfectamente con la narrativa, es el regalo que hace Marvel al público que los viene apoyando por más de diez años. Aunque la película es algo larga, nunca se vuelve aburrida.
La realización de Waititi es la real protagonista aquí. Cada toma de la película, trasciende los comics. Algunas escenas resultan visualmente impresionantes (como la del ataque de Valkiries contra Hela) y la introducción de la mencionada villana, es impresionante y a la vez escalofriante. El director le da una nueva dirección a la producción artística de las dos pasadas entregas. Si Asgard permanece como la hemos conocido, el director nos lleva a Sakaar, un planeta donde todo es de color verde y azul. Claramente sentimos que Waititi fue capaz de poner su pincel en la película, y este permiso es de admirar, ya que algunas películas de Marvel no tienen ninguno. También tomamos nota de las composiciones de Mark Mothersbaugh (The Lego Movie, The Royal Tenenbaums), quien mezcla la orquesta sinfónica clásica con la música de sintetizador, lo que nos recuerda furiosamente la banda sonora de la década ochentera. Una mezcla un tanto extraña, pero que se incorpora perfectamente en el espíritu del todo.
Cate Blanchett resulta ser una extraordinaria Hela. Como casi todos los villanos del universo cinematográfico (y esto es un verdadera pena), su papel no está desarrollado, pero su desempeño, a través de su voz, sus gestos y su presencia, compensa un mínimo. Una pena por el personaje de Skurge, interpretado por Karl Urban, cuyo papel es un poco apreciado y resulta prescindible, a pesar de una buena actuación del actor. Tessa Thompson resulta ser la verdadera sorpresa de la película en el papel de una Valkiria que será recordada. Además de sentirse muy cómoda en la comedia, la actriz muestra su potencial para escenas de acción.
Sin toda la comedia, las escenas de acción habrían terminado siendo pedestres y algo extenuantes. La risa es una herramienta maravillosamente efectiva que la película utiliza para que pases un gran rato en el cine, pero claro, dejando tu cerebro en la puerta o anestesiándolo con palomitas y refrescos.