Para su sexta película dirigida, Sofia Coppola aborda la adaptación de un libro escrito por Thomas P. Cullinan. “The Beguiled” ya fue proyectada en 1971 por Don Siegel con Clint Eastwood en el
papel principal. La directora de “Lost In Translation” conoce la novela a través de su decoradora, Anne Ross. Por supuesto, la realizadora contó la misma historia, desde un ángulo femenino.
Conocemos el apetito de Sofia Coppola por escenificar la historia de personajes femeninos fuertes. Su filmografía es a menudo contar la transición, desde la inocencia hasta la revolución. Por ejemplo, en “María Antonieta” (2003), describe a una niña completamente perdida en esta corte real que debe tomar el liderazgo. Del mismo modo, en “Somewhere” (2010) describe el nacimiento de una relación padre / hija en un contexto en el que los hijos pequeños deben demostrar independencia.
En “The Beguiled”, guardamos esta misma receta. La evolución de la Mujer se identifica a través de la pluralidad de perfiles de las residentes de una escuela. Desde la niña hasta la señora, estamos en un trabajo de emancipación donde la mujer no necesita al hombre para vivir. Paradójicamente, están protegiendo a uno del sexo masculino. El día que un guapo soldado llega a la casa, todo es desorden.
Para encarnar a estas niñas y mujeres del internado, Sofia Coppola utiliza un gran elenco. En la punta de la lanza, está Nicole Kidman, claramente convincente en su papel líder, navegando entre la dulzura y la manipulación, acompañada por un equipo con Kirsten Dunst y Elle Fanning, sentimos entre ellas una verdadera ósmosis.
Un soldado de los Estados del Norte en la Guerra Civil estadounidense está gravemente herido y es encontrado por una niña. Esto ocurre en Virginia, una parte del sur. Ella lo lleva a la escuela de niñas en donde vive. Este lugar es como una isla en sí misma, alejada del tiempo y la historia. A John, el soldado, se le permite quedarse allí hasta su recuperación. Esto de ninguna manera es una cuestión de rutina, porque desde el principio las reglas son entregar al enemigo a las tropas confederadas. Pero dicha regla tiene su clara excepción.
Nicole Kidman es la Sra. Marta que es secundada por Edwina (Kirsten Dunst), ellas se encargan de la educación y guía de cinco chicas jóvenes que rozan la pubertad. Alicia (Elle Fanning) interpreta a la más madura de ellas, todas están visiblemente felices de que de repente haya un hombre en la casa. Algunas muestran hambre sexual, otras descubren la sexualidad y el deseo por primera vez. Todas se quedaron en ese pequeño paraíso encantado donde el tiempo parece haberse detenido. Con la presencia masculina cambian su comportamiento. Se dejan seducir por su presencia, por lo que proyectan en él, así también, por supuesto, el hombre se deja seducir por las muchas posibilidades que tiene.
En la versión del 1971 hecha por Don Siegel, un verdadero director de cine macho, quien es famoso por ser el director de Dirty Harry, su actor y pupilo, Clint Eastwood fue el actor principal en su aventura. Mientras que la versión refundida de Coppola es bastante parecida con la original, ella cambia las perspectivas en puntos clave. Coppola muestra el lado oscuro de la mujer, pero a su vez su lado más dulce, mostrando así sus extremos, pero también muestra la manipulación y a cada quien con sus intereses.
El “John” de Colin Farell es un manipulador, alguien que hace un buen uso de la situación en la que se encuentra y pone en contra a las mujeres de su entorno. Pero se trata de cosas más sutiles de quién se mete en la cama con quien. En una época actual podría pasar, pero la ambientación es en el siglo XIX dentro una sociedad puritana. La suave represión y los rituales habituales determinan la vida cotidiana. Por ejemplo, las personas oran regularmente, se come en ciertas horas y todos se visten para la comida. Las personas están interesadas el uno por el otro, mirándose de cerca, porque solo se tienen a sí mismas. Con un pequeño sistema de señales, casi invisibles, Coppola despliega aquí su lienzo. Este es el lenguaje cinematográfico especial de Coppola: que descubre lo multidimensional y lo profundo en la superficie. También utiliza el humor. Nunca la película pierde su sentido de la curiosidad.
Coppola es una humanista, que obtiene algo de cada personaje y también le da sus momentos. Ella es una directora que entiende mucho de la naturaleza humana. Es una cineasta que se preocupa mucho de la estética de sus películas. Cada detalle habla: se puede escuchar música hermosa, canciones de la Guerra Civil, imágenes en colores pastel, con paisajes suaves de niebla matutina y siempre presentando las puestas de sol, ya sea mediante las ventanas o a través de las costumbre establecidas de los personajes. Por la noche, las habitaciones y los brillantes vestidos de las chicas solo se aprecian con el brillo de velas. Los peligros de la época se presentan debajo de una superficie idílica, donde ocasionalmente se puede escuchar el trueno de los disparos desde lejos, un visible humo, una marcha de soldados: la guerra permanece cerca y, sin embargo, todo parece ser tan seguro.
Este cuento de hadas para adultos también es una historia de ruina. Se trata de algo más que las consecuencias de una guerra. Habla de la salida de la civilización, de la civilización en general, de los modales, del estilo de vida. De que no podemos jugar con el instinto de supervivencia y defensa de una mujer, es casi jugar con fuego con las manos mojadas en gasolina. John no lo entendió así.
