Es sin duda alguna el agente secreto más elegante de la gran pantalla y los vehículos que le acompañan no podían ser para menos. Hacemos un recorrido por los carros más míticos que han acompañado al agente secreto 007 en sus aventuras.
Comenzando por el principio, por todos es conocido el fabuloso Aston Martin que acompaña al personaje de ficción creado por Ian Fleming, como si de una característica inherente al agente se tratara. Todo comenzó en 1964 con el Aston Martin DB5 que acompañó a Sean Connery en “Goldfinger”, una de las producciones más famosas de 007. Este modelo tan especial combina diseño italiano, ingeniería británica y por supuesto gadgets inteligentes que facilitarían la labor de Bond, James Bond en sus misiones.
Gracias a la repercusión mundial que obtuvo “Goldfinger”, Aston Martin consiguió levantar las ventas y con ello librarse de una bancarrota. La escena en la que aparecían Sean Connery como 007 y Desmond Llewelyn como Q, marcó a toda una generación presentando el asiento inyectable para librarse de los enemigos.
Otro de los vehículos claves de la historia cinematográfica del agente secreto es el Lotus Esprit S1 anfibio. Posiblemente uno de los modelos más recordados de las películas que protagonizó Roger Moore como 007 y que hoy en día sigue siendo un vehículo de culto. Este carro se convierte realmente en un submarino y fue realizado a medida por la empresa Perry Oceanographics con sede en Riviera Beach, Florida. Dispone de 4 hélices y para su fabricación se usó como base la carrocería del Esprit S1, el resto del vehículo fue debidamente adaptado para poder sumergirse en el agua. Como curiosidad, actualmente el propietario de esta exótica unidad es Elon Musk, el multimillonario propietario de la marca automovilística Tesla.
Este Lotus hizo su aparición en la gran pantalla en la película “La espía que me amó” de 1977. En ella pudimos ver como el deportivo se convertía en un submarino para poder escapar de los villanos bajo las profundidades.
Por supuesto la versión de calle del Lotus Esprit S1 también apareció en escena. En la película “Solo para tus ojos” vimos la versión más deportiva de este modelo, la variante Turbo. Este deportivo inglés disponía de 210 CV de potencia gracias a un motor turboalimentado y alcanzaba una velocidad máxima de 240 km/h. Unas cifras de infarto para la época.
Roger Moore también será recordado por conducir un humilde Citroën 2CV para huir de los malos en “Solo para tus ojos”. Esta secuencia se ha convertido con el paso del tiempo en mítica y algunos de los propietarios de este conocido utilitario francés llevan rotulado el anagrama de 007 en sus 2 CV.
BMW también hizo su aparición en escena en 1999 junto a James Bond con su precioso Z8, un vehículo exclusivo y deportivo. Le pudimos ver en acción con Pierce Brosnan en la película “El mundo nunca es suficiente”. El BMW Z8 es roadster biplaza de lujo que combinaba la última tecnología del fabricante alemán y una estética retro que nos recordaba al modelo clásico 507 de los años 50.
Este deportivo equipaba un potente motor 4.9 litros V8 de 400 CV. Este potente propulsor dotaba al Z8 de una velocidad máxima limitada electrónicamente de 250 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h en tan solo 4,7 segundos.
Cerramos este breve repaso a los vehículos más peculiares de James Bond, con dos concept car que pudimos ver rodando en la última película del agente secreto británico. En 2015 se presentó “Spectre” con el actor Daniel Craig como protagonista. En su cuarta película como James Bond, Craig tuvo la ocasión de conducir un fabuloso Aston Martin DB10, un vehículo desarrollado exclusivamente para la película y un Jaguar C-X75 un deportivo que nos adelanta los rasgos estéticos de los futuros modelos de la marca del felino.
Después de 55 años en la gran pantalla y un total de 24 películas. La saga de James Bond ha sido sin duda un espectacular escaparate de los vehículos más exclusivos de todos los tiempos. En muchos casos, los modelos han sido tan protagonistas en las escenas como el propio Bond, James Bond. Qué sería de este agente secreto sin sus automóviles de lujo, las señoritas que le acompañan y su Dry Martini, agitado, no mezclado.