Jay Asher tuvo éxito arrollador con “13 reasons why” (Su primera novela). Esta, rápidamente se convirtió en un bestseller internacional. El título es más que acertado, porque cada uno de los 13 episodios de la primera temporada pertenece a un lado de los trece casetes, por lo tanto una de las trece razones por las que Hannah Baker (Katherine Langford) comete suicidio. Originalmente, la historia iba a ser producida en forma de película. El estudio Universal adquirió los derechos en 2011 y Selena Gómez quería tomar el papel de Hannah. Afortunadamente, esto no sucedió y Netflix asumió esta tarea a finales del 2015, con Gómez sólo en papel de productora, así como una variación de película a serie.
La idea de que una persona muerta cuente su historia, no es nada nuevo. En “Desperate Housewives” pudimos ver varios episodios. En el cine recordamos “Sunset Boulevard” o “American Beauty”. La utilización de casetes en una época donde el CD o los documentos de audio en formato MP3, e incluso, la vuelta a la moda de los discos de Vinyl, le dan un toque diferente al estilo narrativo de la serie, y muestra a los nuevos adolecentes, cómo los de otra generación no muy lejana, crecimos.
Hannah Baker tenía muy poca suerte en su vida escolar y fue una y otra vez decepcionada por las personas que tenía alrededor. Por todo un año, Hannah sufrió no solo decepciones, si no abusos físicos y emocionales, que a primera pasada pudieran parecer exagerados, pero que mientras la historia avanza, encontraremos el verdadero significado… o al menos el que yo interpreté.
Cada una de las trece personas que Hannah menciona en sus historias, sabe lo que ha hecho, y todos mantienen una secreta complicidad que va a culminar con un trágico evento. Esta idea de la historia no solo me parece ya interesante, sino perfecta para crear una serie, ya que se puede desglosar de manera organizada los más de diez personajes que interactúan constantemente en la trama.
Los personajes son otro punto muy fuerte de la serie. Cada uno de ellos será fácilmente encasillado. Llegamos a conocer las cosas que cada uno está dispuesto a hacer, con diálogos cortos, un simple gesto o una acción que parecerá inocente al momento, pero que eventualmente presentará consecuencias. Es la forma que los productores ayudan al espectador a etiquetar a cada uno de estos, para así poco a poco formar una biografía ficticia de estos.
Los productores allí explican los diferentes tipos de acoso y a veces es difícil de entender el comportamiento de los adolescentes que al parecer también se dejan llevar por razones biológicas de su edad. También se apoya en los estereotipos conocidos en las historias de este tipo. Vemos el capitán del equipo de football, la porrista, el presidente de comité, el nerd, el fiestero…la única diferencia que aunque ya sean estereotipos, cada uno de ellos es explorado desde la perspectiva psicológica de sus acciones, ya que detrás de cada aparente fachada hay una causa.
Es claro que los creadores de la serie querían enfrentar al público con este tema. Esto es particularmente evidente en los tres últimos episodios que incluso comienzan con una advertencia de imágenes violentas, sexo y uso de drogas. Incluso para el espectador que ha visto mucho cine y se siente entrenado para ver lo que sea, algunas secuencias podrían resultar incomodas de ver.
Uno de los puntos flojos de la serie es que algunos episodios, por la obvia necesidad de llenar metraje, se sienten algo largos. También, algunas secuencias podrían confundirse por los saltos en el tiempo, los cambios en el montaje se hacen muy rápido y en los primeros episodios pudiera confundir, pero la herramienta que utiliza el equipo de producción es darle una herida en la frente al protagonista, para que así el público pueda diferenciar los tiempos.
“13 Reasons why” es una efectiva serie, amén de la controversia que ha suscitado (a mi parecer sin sentido), que debería ser una bandera roja para nuestra sociedad, no una razón más para prohibir. Evitar que los adolescentes vean esta historia es absurdo. Sería el mismo efecto que causo la novela “Dona Bella” en mi adolescencia, solo estimularía el deseo de verla. En una sociedad donde tenemos miedo a algo que pasa día a dia, prohibir es querer darle la espalda a una situación que no se va a ir por el auge de una serie de televisión, en dado caso, los padres o autoridades que se preocupan, deben de verlas con sus hijos y orientarlos, no vetar un posible aprendizaje. Recuerden, la serie de Netflix es pura ficción, lo que nuestros adolescentes viven día a día y no hablan, es real.
"13 Reasons Why" Trailer Oficial from RavenVEVO on Vimeo.