Con la obra literaria de William Gibson como sagradas escrituras, (en especial Neuromante, de 1984) y los cómics ‘’Métal Hurlant’’ y la película Blade Runner (Ridley Scott, 1982) como principales referentes visuales, la cultura cyberpunk tuvo su mayor auge en las décadas de los 80 y 90, justo antes de que el Internet se instalara en todas las casas y cerebros del mundo, haciendo que lo que era ciencia-ficción se convirtiese en algo cotidiano. "Ghost in the Shell", se basa en el anime de culto del mismo nombre, dirigido por Mamoru Oshii (1995), que a su vez se basa en un manga de Masamune Shirow (1989). Cabe destacar que Margot Robbie fue propuesta para la interpretación inicialmente, pero esta canceló debido a "Suicide Squad". La filmación de la producción de 110 millones de dólares comenzó en febrero de 2016 y continuó hasta el verano de ese mismo año. Se rodó entre Nueva Zelanda y Hong Kong. Rupert Sanders se hizo cargo de la dirección, haciendo de "Ghost in the Shell" su segundo largometraje. Su debut fue con la producción de la fantasía de "Snow White and the Huntsman" (2012). Previo a eso había dirigido el comercial para el videojuego "Halo 3".
El Director Sanders se basa claramente en la mítica película de 1995 para concebir su filme. La película de Oshii es una de las producciones japonesas más influyentes de todos los tiempos. La historia anticipa aspectos que son comunes hoy en día dentro del género ciencia-ficción: la fusión del hombre y la máquina. Su versión se centra significativamente más en la acción y la historia de los personajes, pero ciertas preguntas se plantean, que son típicas de la ciencia ficción cyberpunk. ¿Qué significa ser humano? ¿Dónde está la línea entre el hombre y la máquina? La película no da respuestas, sino que deja al espectador pensar por sí mismo acerca de estos temas, mientras se deleita con los efectos visuales. Visualmente, la película es impresionante. Ya se trate de la gran ciudad de noche, con sus enormes publicidades o en barrios pobres donde el principal protagonista de la historia es el extraordinario diseño. Pero, ¿Qué es el cyberpunk? Es un movimiento cultural que abarca cine, cómic, literatura, música, moda, que nos habla de una nueva (r)evolución de la especie humana a causa de la informática y la robótica, ya sea porque las herramientas (robots e inteligencia artificial) toman nuestro lugar o porque el hombre se funde con la máquina (cyborgs e inmersión en la realidad virtual).
En 2029, Major (Scarlett Johansson) es la primera de su especie: esta humana, cuya vida fue salvada tras un espeluznante accidente, ha sido sometida a un proceso de ciber-regeneración gracias al cual se ha convertido en el soldado perfecto consagrado a detener a los más peligrosos delincuentes mundiales. Ante las nuevas cotas de paroxismo alcanzadas por el terrorismo, que es capaz de apoderarse de la voluntad de las personas y someterlas a sus designios, Major se convierte en el único medio de detener el avance del mal.
Había una vez una época en que las películas de ciencia ficción eran lo más inteligente que se podía ver en las pantallas de cine. Era la época en que los efectos visuales eran limitados y el director tenía que apoyar su película en el contenido. Hoy en día es totalmente opuesto dado al enorme avance de la tecnología CGI. Películas como “Things to Come” (1936) o “The Day the earth stood still” (1951), incluso los efectos de “Star Wars “(1977) son ahora obsoletos. Y no es que los efectos especiales sean malos, lo que perjudica el “storytelling’’ de una película es que dichos avances técnicos opacan de una manera abismal lo que hace interesante al cine, la capacidad de contar historias.
La película carece de todo lo que su modelo - tanto en la manga y anime – hace distinguir. La pelicula se presenta como una divertidad propuesta existencialista, profundamente filosófica degradada a un espectáculo de acción convencional que deja al espectador que conoce la historia original profundamente decepcionado.
Ni siquiera el (ciertamente) interesante elenco puede todavía salvar algo aquí. El danés Pilou Asbæk, Juliette Binoche y el director y actor leyenda Takeshi Kitano, se desvanecen detrás del gran tamaño del personaje de Johansson y el festín de efectos visuales. Llama la atención en especial el desaprovecho de un actor como Kitano, que impone presencia en cada uno de sus personajes. Aquí se limita a un escritorio y una interesante secuencia al final, donde incluso, presentan un arma haciendo clara referencia a su estilo.
En última instancia "Ghost in the Shell" es una nueva versión moderadamente entretenida, pero sin sentido y superficial, en donde la sustancia interesante queda de lado por preocuparse más por la puesta en escena de extraordinarias imágenes, acompañado de personajes que son más que máquinas de pelea. Sanders se basa en conocidas secuencias de acción que rara vez generan emoción. Mucha importancia a lo visual, poco a la visión. No es un desastre, pero el equipo detrás de esta película quiso asegurar el éxito comercial. Algo había que sacrificar.