El director Rober Casillas presenta su opera prima, ‘’El Amparo”, inspirada en un verdadero evento, la Masacre de El Amparo en 1988 en Venezuela, cuando soldados y policías de la fuerza especiales del comando “José Antonio Páez” (Cejap), en una operación llamada “Anguila III”, por error mataron a catorce pescadores, alegando que eran guerrilleros. Dos de los dieciséis que fueron a pescar, sobrevivieron al ataque armado, escapando por los canales del río Arauca. El Ejército venezolano mantiene la acusación de que los dos sobrevivientes son guerrilleros e intentan sacarlos del cuartel de policía en el que se encuentran refugiados para un posterior interrogatorio. La tensión aumenta cuando los hombres, que dicen ser pescadores, protestan por su inocencia, mientras que los aldeanos locales se esfuerzan por protegerlos.
La película, de manera adecuada, se apoya en imágenes de la época para mostrar las escenas de violencia, mientras que el director se preocupa en presentar seres humanos ante una tragedia. El merito más alto de Casillas radica en dar a cuentagotas datos emocionales de los involucrados, ya que hay varias familias envueltas, mientras no descuida la importancia y la visión de cada una de ellas ante el hecho.
La directora de fotografía, Michell Rivas, camina entre la gente con su cámara, registrando su dolor con largos silencios y primeras tomas. Luego, la película se convierte en una cuidadosa presentación del enfrentamiento entre el pueblo y las autoridades, mostrando cómo la situación de los asustados sobrevivientes Chumba y Pinilla, que junto con la sorprendente moral del encargado de la comisaria del pueblo, el capitán Mendieta (un raro ejemplo de un retrato positivo de un policía en el cine latinoamericano) son visitados por varios negociantes militares y políticos, ofreciéndoles falsas confesiones y dinero.
Inevitablemente, la prensa ejerce gran importancia en la trama, ya que al principio esta se hace eco del supuesto logro del ejército venezolano. Posteriormente, luego de visitar el pueblo y entendiendo lo que había ocurrido, esta decide contar la verdadera historia de este trágico error.
Inteligentemente, las autoridades empiezan a dividir al pueblo y a las familias contra sí mismas. Las esposas empiezan a dudar de sus esposos. Pero en un interesante giro, la verdad sale a flote. El guionista Karin Valecillos presenta cierta imparcialidad, y basa su pensar acerca de la verdad en los personajes de Chumba y Pinilla, que desde la cárcel toman una posición solo vista en rebeldes y posibles guerrilleros. Era tal vez el propósito de sus escritores, mostrar un posible lado rebelde en sus personajes para hacer dudar al público, pero dicha situación llega tarde en la película, donde las pruebas y unas secuencias mostradas apoyan lo que sucedió en realidad. Y es allí donde podría radicar la parte floja de la película, en crear una insistencia en presentar la supuesta verdad, cuando desde que ocurre el hecho, las pruebas que el director Casillas presenta son irrefutables. Desde la visita del Coronel al destacamento, hasta intentos de sobornos, poco a poco van apoyando la tesis presentada.
“El Amparo” es una película sobre seres humanos, sobre gente común y corriente que de pronto se ve envuelta en una situación. Más que en las magníficas actuaciones de Vicente Quintero (Pinilla) y Giovanni García (Chumba), la historia basa su poder en sus secundarios, en las consecuencias de la perdida súbita de sus familiares, muchos, cabezas de familia. ¿Cuánto vale el silencio, o la verdad? O simplemente, ¿cuál es el valor de un ser humano?. La película puede abrir ojos ante un hecho casi olvidado, que aun casi treinta anos después, los pueblos latinoamericanos, de una forma u otra siguen viviendo su “Amparo”.
"El Amparo" fue presentada durante la 34ava edicion del Miami film festival