Dos amigas, Lidia (Betsy Túrnez) y Sandra (Ruth Llopis), que llevan mucho tiempo sin verse deciden organizar una cena de parejas para así conocer a sus respectivos novios: David (Alain 
Hernández), un policía antidisturbios, y Nacho (Miki Esparbé), un documentalista social que perdió un ojo por culpa de una bola de goma que le golpeó en una manifestación. Todo ello amenizado por los discursos que un político (Xesc Cabot) da desde la televisión. Cuatro personajes que quedan para cenar, recordar viejos tiempos y ponerse al día… sin saber que David dejó tuerto a Nacho.
Marc Crehuet, su aclamada obra de teatro de producción catalana del 2013, 'El Rei Borni' (El Rey Tuerto) da el mismo nombre a esta su opera prima e interpretada por los mismos actores.
Desde su inicio la película no esconde su intención, critica al sistema socio-político y a la forma que el pueblo utiliza para expresar su disconformidad. Se abre con una trivial conversación entre una de las dos parejas. Estos, mantiene un dialogo independiente, pero ninguno presta atención a lo que el otro está diciendo, Lidia y David están solos, sentados a la mesa mientras de trasfondo tienen el televisor encendido. El tema que ambos exploran es tan banal como inútil, una clara representación de gran parte del pueblo. Ciudadanos no educados sobre las bases políticas, sociales y económicas, que repiten como papagayos lo que observan en la pantalla chica (la televisión siempre está encendida mientras el interlocutor habla sobre política durante la primera mitad) o algún comentario que alguien le hizo en la línea del banco e incluso una noticia vista en redes sociales. Es por eso que cuando Nacho y Sandra entran en escena, una pareja de activistas comprometidos socialmente y obviamente preparados sobre las bases donde los primeros flaquean, le resulta fácil influir en las opiniones de estos.
Es allí donde vemos las reacciones de David cuando este se ve de frente con sus resultados. David un policía tosco y agresivo o como el mismo se ha nombrado, "gestor de masas" discrepa con las ideas revolucionarias de la pareja visitante. David cae en cuenta, que fue el que disparo la bola de goma que hirió a su convidado. Nacho esta consciente de lo ocurrido, viéndose de frente con una realidad que lo aterroriza al escuchar los pensamientos de este “perro policía”, que le ha hecho daño físico y emocional.
Si bien es cierto que la película está basada en una obra de teatro, el director no se preocupa mucho por los aspectos técnicos de la misma, su enfoque va directamente al tratamiento de los personajes y sus acciones. Toda la historia es narrada desde la sala de Lidia y David, es por esto que la cámara fija será la encargada de mostrar el desenlace de esta historia. El armazón de la película está impregnado por la aproximación y vínculo con los actores.
La idea central de la historia es sumamente interesante, y durante la primera mitad despierta el interés de un público que llega a sentir compasión por ambos protagonistas masculinos, los dos están deprimidos y asustados, solo que uno de ellos demuestra sus miedos detrás de la violencia, el otro no le preocupa dejar salir sus sentimientos.
Estamos ante una película que bien podría pasar como una directa crítica social, con pinceladas de humor negro, pero durante la secuencia final, nos damos cuenta que es un producto panfletario que busca llevar un discurso innecesario, a veces forzando sus diálogos a esto.
“El Rey Tuerto”, aunque con una directa inspiración en cuanto al estilo narrativo de “Carnage” (Roman Polanski, 2011), ofrece una soberbia actuación de Alain Hernández y una muy buena primera mitad. Al final, nos queda algo de sobre-dramatismo aderezado a un discurso político acerca de lo que es moralmente correcto.
"El Rey Tuerto" fue presentada durante el marco de la edicion 34 del Miami Film Festival
