Daniel Mantovani (Oscar Martínez) es el primer escritor argentino en recibir el Premio Nobel de Literatura, durante el acto oficial, pronuncia un discurso controversial y agrio que podría ser definitivo para su carrera como escritor. Critica a los premios y a quienes los otorgan, creando cierta disconformidad entre el público, sentimiento que se transforma en algo mas grande. Cinco anos transcurren desde ese día y Daniel esta aburrido de todo, no encuentra motivación para volver a escribir, esta hastiado de la rutina.
Un buen día recibe una invitación de Salas, un pequeño pueblo a ochocientos kilómetros de Buenos Aires. Lugar donde nació y vivió gran parte de su juventud. El gobierno de su pueblo ha decidido hacerle un homenaje, dándole el premio de Ciudadano Ilustre, además le invita a compartir su experiencia dictando charlas y siendo juez en diversos concursos. Salas sirvió de inspiración para todas sus novelas. Ahora tendrá que enfrentarse a su pasado, abrazando su decisión de ir a su pueblo con una mezcla de nostalgia y molestia, pero dándole una bienvenida a algo diferente en su monótona vida.
Daniel se reúne sus amigos de infancia, su amor juvenil y una serie de personajes que de una forma u otra parecen estar ligados a sus obras, una realidad tangible de su supuesta obra de fantasía.
La película está contada en pares de opuestos: la realidad y la ficción; Europa y Argentina; la metrópoli y la provincia; la cultura y la ignorancia; el pasado y el presente; el arte y la vida; el amor y el odio; la comedia y el drama. No es sorprendente que también haya sido dirigida por dos: Gastón Duprat y Mariano Cohn (directores la fantástica película "El hombre de al lado").
En este contexto, los directores crean un aire de pedantería alrededor del protagonista. Apoyado por un extraordinario elenco, liderado por Oscar Martínez (Relatos Salvajes, Paulina), la película de Cohn y Duprat navega a través de un guión muy cuidado y estable de Andrés Duprat (El Hombre de al lado), presentando diálogos interesantes que dan forma a sus personajes sin necesidad de ver su pasado, los enfrentamientos que presentan, no necesariamente es hacia hechos de un pasado que poco a poco va tomando forma, sino a las secuelas que fueron afectando a sus amigos y familiares con los subsecuentes años de ausencia.
La mirada de Daniel hacia las cosas está llena de sarcasmo, tal vez influenciado por su ego de creerse mejor que sus compueblanos o solo este pone en manifiesto su pobre habilidad para crear de la nada, los realizadores nos dirigen al cuestionamiento acerca de la creación, las nociones de lo que es la ficción y la representación de la realidad.
“El Ciudadano Ilustre” es una muy buena comedia con tintes negros que nos ofrece una reflexión pertinente sobre el concepto de la génesis de una idea y su relación con el mundo. Burlándose de los honores de la llamada consagración, la película presenta un diálogo entre la ficción y la realidad, dejándonos saber que posiblemente una vaya de la mano con la otra, sin saber cual será primera.
"El Ciudadano Ilustre" fue presentada durante la edicion 34 del Miami Film Festival