Jim y Aurora (Jennifer Lawrence, Chris Pratt) son dos pasajeros a bordo de una nave espacial que los lleva a un nuevo planeta para tener una nueva vida. El viaje toma un giro cuando sus cápsulas de hibernación despiertan noventa años antes de llegar a su destino. Estos tratan de descubrir el misterio de esta disfunción, pero en el proceso comienzan a enamorarse, amor que es amenazado por el posible colapso de su nave y el descubrimiento de la verdad sobre su temprana reactivación.
El guión firmado por Jon Spaihts (co-autor de Prometheus y Doctor Strange), crea el pretexto perfecto para la reunión en pantalla de Chris Pratt y Jennifer Lawrence, excusa que se veía venir, ya que son dos de las estrellas jóvenes del momento. Spaihts no solo les da ese aire de buena vibra a ambos personajes, si no que les da el temple heroico para que se luzcan. Todo lo presentado en “Passengers” es una burda y común excusa para el lucimiento de sus protagonistas. Desde la presentación de estos, sus habilidades, sus motivos y el desenlace, es sin lugar a dudas una puesta en escena mediocre y sin muchas aspiraciones.
Jennifer Lawrence y Chris Pratt tienen carisma, esto es innegable. Los dos tienen secuencias solos y funcionan, cuando están juntos la química es perfecta, básicamente el éxito es influenciado por su neta presencia, no por sus diálogos o situaciones. Ambos se ven obstaculizados por un texto poco profundo y lleno de clichés.
Visualmente la película viaja entre la repetición de escenarios y una ambientación espacial conocida. El espectador no se siente impresionado o atraído por la atmosfera desoladora que el director Morten Tyldum (Headhunters, The Imitation Game) quiere presentar. Es decir, anualmente tenemos varias películas ambientadas en el espacio, y una tras otra repiten lo mismo, la diferencia recae en la narrativa y sus personajes. El público de estos tiempos ya no se impresiona con banalidades. Particularmente una escena en una piscina, hacia el final de la película es realmente impresionante. Podría decir que es de lo mejor en el metraje.
Hay otros dos personajes dentro de la historia. El primero es el robot Arthur (Michael Sheen), que sin duda es el personaje más interesante de la película, y el menos explotado. El guion limita al magnifico Michael Sheen a ser un simple bartender, con líneas sarcásticas y motivo de los giros dentro del guion. Prácticamente todas las escenas con él funcionan en el sentido cómico, y se justifican narrativamente. Pero el otro personaje comienza a participar en el segundo acto de la película, y desde su entrada notamos las debilidades de la historia, dándole a la película el aire de melodrama. Lo que podría ser una inclusión interesante, con el tiempo, se convierte en una presentación sin sentido.
“Passengers” nos engaña en el peor sentido y se hace evidente cuando no debe. Intenta ser una historia de amor, ciencia ficción y película de acción, pero el final será un cero a la izquierda en estas áreas. Las secuencias finales y el diseño de producción, junto con la premisa y el carisma de los actores, ayudan a que el desastre no sea completo.
Estoy en desacuerdo con lo del diseño de producción. Fue lo que más se lució además de los efectos visuales. Aun así, es una película muy decepcionante.
para mi, no aporta nada Nuevo. Los mismo gadgets de la mayoria de las peliculas del genero.