La última película de Mia Hansen-Love ganó el Premio ‘’Oso de plata’’ en el festival de Cine de Berlín del 2016. Mezclada con opiniones opuestas, la película dejó una grata impresión durante su presentación en dicho festival. La historia parecía interesante: Nathalie Chazeaux (Isabelle Huppert) es una profesora de filosofía de una secundaria en Paris, quien lleva una vida tranquila, casada y con dos hijos. Su tranquilidad se ve interrumpida por la enfermedad de su madre, sus aplicados alumnos se vuelven rebeldes, tiene conflictos laborales con los jóvenes editores que no conectan con las ideas expuestas en su libro, su marido, con quien convive entre la rutina y el silencio, decide dejarla por otra mujer y sus hijos, ya mayores, hacen su vida sin tomarla en cuenta…. todo esto en el trascurso de semanas.
A Isabelle Huppert no le importa si su carácter es amistoso u odioso, o ambos al mismo tiempo. Lo que le interesa es hacernos sentir por qué el personaje es así, y nos hace ver sus debilidades y las emociones que las situaciones mencionadas despiertan en ella. Huppert encuentra en Mia Hansen-Love una especie de alma gemela: la directora ha centrado la construcción de sus películas en intimidad y discreción, a través de los detalles aparentemente anodinos, con una acumulación de situaciones que revelan poco a poco su desenlace.
La película está llena de personajes atrapados en momentos importantes de su vida. “Things to Come” presenta la brillante unión entre una actriz y esta directora mientras narran la historia de una mujer que tiene que redescubrir su lugar en el mundo. La directora construye una película compulsiva y sin pausas, con elipses de largos períodos de tiempo, estructuralmente enervantes. Una puesta en escena desafiante en la que muestra la reflexión interior del personaje de Natalie, en silencio y con lágrimas, sin caer en el melodrama.
La filosofía del personaje de alguna manera proporciona un antídoto a las pruebas que la vida le pone delante. Cada una de las situaciones presentadas para ella no son más que resultados de un estilo de vida vacío, prestando poca atención a los sentimientos, sin caer en la rudeza. Natalie encuentra la verdadera felicidad en el redescubrimiento de los verdaderos placeres de la vida: un desayuno abundante, ver la nieve caer, una nieta… es allí donde ella, después de muchos obstáculos, reconoce su felicidad.
Al final, Nathalie encuentra redención a su manera y se encuentra en un estado de perfecta libertad emocional. La libertad total, incluso no sabiendo lo que viene, es lo que le da cierta paz. El botón de reinicio ha sido oprimido, el futuro comienza.