En ocasiones se vive lo que nunca sucedió. Por muy extraño que suene, dejarse inundar por la imaginación es algo que sucede con frecuencia al adoptar nuevas formas en nuestra vida. Involucrarnos en una situación que jamás tuvo lugar parece imposible; es (casi) inconcebible que a partir de lo no experimentado en este mundo, se pueda existir de otra manera.
En “El acto de leer”, de 1976, un libro sobre el acercamiento a los textos de ficción de Wolfgang Iser, se plantea una idea que fue revolucionaria para su época: el sentido de un escrito tiene dos partes, una en su estructura objetiva y otra en el proceso de lectura. En esta última, el lector recrea la narración a su modo como objeto estético, es decir, le aporta un sentido propio.
Una ficción, según Iser, tiene prácticamente nada que ver con el conocimiento, es la acción de leer lo que complementa la obra. Es por ello que el libro en cuestión se hace uno mismo con quien lo repasa, quien indaga entre sus letras no para reflejar la realidad, sino para construir una en específico. Por eso, títulos que parecieran tan lejanos como “Hamlet” o “Cumbres borrascosas” pueden llegar a conectarse todavía con un lector contemporáneo; se crean expectativas poco a poco de lo leído, lo no leído y lo vivenciado.
Haciendo una analogía, estas ideas que fueron marcadas por el Existencialismo y la fenomenología, pueden servir también para dar razón o comprensión a otras experiencias estéticas de interpretación, de apropiación y seguimiento, por ejemplo: el cine. Y para muestra de ello, tomemos filmes que se han basado en esas obras clásicas de la literatura y la manera como retoman a un texto supuestamente unívoco, otorgando múltiples direcciones y provocando en el espectador otras posibilidades de complemento.
La multiplicidad de sentidos en una sola creación puede hacerse evidente en las siguientes películas; además, puedes verlas en Netflix sin ningún problema.
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“Orgullo y prejuicio” (2005), Joe Wright
Las hermanas Bennet han sido criadas por una familia conservadora y propia de su época, pero una de ellas, Lizzie, inteligente, crítica y desafiante, desea una vida más abierta. El auge de la historia llega cuando el señor Bingley, un sofisticado y rico soltero, se instala en una mansión vecina para pasar el verano en compañía de su gran amigo, el señor Darcy, quien pone cabeza abajo la tranquilidad de las Bennett.
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“La chica con el arete de perla” (2003), Peter Webber
Retomando el misterio amoroso y artístico de Johannes Vermeer al pintar uno de sus cuadros más famosos, este filme intenta dar una explicación —frente al libro que le inspiró— de cómo fue que se dio ese mágico momento que atrapó la luz y la belleza de su época.
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“Atonement” (2007), Joe Wright
En el verano de 1935, cuentan la novela y la película, una precoz escritora de 13 años llamada Briony Tallis cambia radicalmente el curso de varias vidas al acusar a Robbie Turner, el amante de su hermana Cecilia, de un crimen que no ha cometido y será motivo suficiente para generar historias tanto reales como ficticias.
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“Macbeth” (2015), Justin Kurzel
La historia clásica de un líder aristocrático involucrado en una guerra y que se propone reconstruir la relación con su esposa, quien realmente dirige la trama cuantas veces quiere. Se trata de una de las tragedias más importantes de la literatura, la cual involucra traiciones, ambiciones, actos sobrenaturales y muerte.
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“Los miserables” (2012), Tom Hooper
Adaptación cinematográfica del famoso musical ‘Les Misérables’, basado a su vez en la novela homónima de Victor Hugo y otras versiones fílmicas. El expresidiario Jean Valjean es perseguido durante años por el ruin y oscuro policía Javert, y cuando el primero decide hacerse cargo de Cosette, la pequeña hija de Fantine, sus vidas cambiarán para siempre en una tragedia que pocos, afortunadamente, viviremos.
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“Romeo y Julieta” (1996), Baz Luhrmann
Adaptación pop o posmoderna del clásico shakespeariano, en Verona Beach las dos infames familias más poderosas de la literatura se enfrentan, planteando los escenarios perfectos para que sus hijos recreen la historia más trágica del romance jamás contada.
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“Sensatez y sentimientos” (1995), Ang Lee
Jane Austen es una de las preferidas a la hora de filmar clásicos literarios; en la Inglaterra del siglo XIX, dos hermanas completamente distintas se enfrentan al amor y a las adversidades de la vida como mujeres. Al fallecer su padre deben abandonar su hogar, se mudan al campo y comienzan allí sus verdaderas experiencias y aprendizajes.
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“Anna Karenina” (2012), Joe Wright
El clásico de Tolstói toma una forma mucho más teatral y contemporánea con esta adaptación; la historia tiene lugar en la Rusia del siglo XIX y muestra a una Anna Karenina sofisticada, enamorada y completamente rabiosa ante la oportunidad de amar como nunca antes lo hizo.
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“El retrato de Dorian Gray” (2009), Oliver Parker
Revisitando una de las obras más famosas de Oscar Wilde, este filme expone a un peculiar y estilizado Dorian Gray que, atraído por la vida nocturna, se sumerge en ésta de la mano de Lord Henry Wottom, quien lo conduce a los antros más recónditos de la ciudad. Dicho estilo de vida orilla al joven Gray a buscar los medios necesarios para la juventud eterna. Misterio y magia se mezclan en esa historia que prácticamente todos conocemos.
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“El perfume” (2006), Tom Tykwer
Gracias al libro homónimo que dio origen a esta película, el nombre de Jean-Baptiste Grenouille se hizo famoso; un hombre que nació con dos características en extremo especiales: carecía de olor y tenía un gran sentido del olfato. Aspectos que marcarán por completo el desarrollo de su historia para mostrarnos fatídicos resultados y las escalofriantes fijaciones del protagonista.
