Jeffrey Dean Morgan (Sam) es un vigilante, probablemente uno de los "Minutemen" (grupo de ciudadanos armados que atacan a los ilegales) que patrullan a lo largo de la frontera con México. El desierto que debe ser cruzado constituye Casi un límite virtual, pero existe una delgada barrera de alambre de púas que resulta ser la verdadera muralla. Sam se escribe como un personaje serie B, limitado en su implacable papel antagonista (no se sabe nada de su vida, ni sus motivaciones), patrullando en una camioneta que se asemeja a Colt en “The Fall Guy” y acompañado de su querido "Tracker", un perro que deja pocas dudas acerca de la forma en que fue entrenado.
Jonás Cuarón, sin embargo, presenta a Sam sin tapujos, un hombre que conoce el desierto, alcohólico y asesino. En una escena Sam es detenido por un oficial de policía el cual, no tiene la más mínima preocupación de qué él hace allí, sabiendo exactamente lo que hace. Una especie de complicidad culpable. Esta escena es también un recordatorio de que la policía cerró los ojos al comportamiento de estos conocidos "Minutemen", que también empujó al Partido Republicano a adoptar lineamientos muy duro sobre la inmigración mexicana. Sam no es una amenaza para las autoridades, pero si para aquellos inmigrantes cuya carrera será parada por las balas de su arma o colmillos de "Tracker".
Después de haber hecho un nombre gracias a “Gravity”, coescribió el guión junto a su padre (Alfonso Cuaron) y luego de realizar el cortometraje “Aningaaq”, Jonás Cuarón anuncio la realización de una segunda película (su primera fue “Año Uña” del 2007) “Desierto”, y presenta un aroma películas de serie B, no se avergüenza de lo que es y presenta una constante de mantener a sus protagonistas en tensión inquebrantable. Un enfoque similar a la del cine americano de los años 70, utilizando el género para hacer frente a un tema altamente político y tristemente actual: la inmigración ilegal mexicana a los EE.UU. y la porosidad de la frontera, empujando muchos candidatos para probar suerte, a veces arriesgando sus vidas. Gael García Bernal (Moisés) es uno de ellos. Al encontrarse el tener que caminar por el desierto con un grupo de inmigrantes ilegales después que la camioneta que los llevaba se dañó en el camino de Jeffrey Dean Morgan, deberán escapar a su rifle y su perro.
El perro entrenado para matar puede ser una representación del racismo y la cobardía del hombre, Jonás Cuarón presenta a "Tracker" como un perro rabioso, y mata a un primo cercano de Cujo, indiscriminadamente. Este perro es el instrumento de su maestro que ha sido entrenado para rastrear y matar a los inmigrantes ilegales como conejos. Más rápido, más amenazante que él, lo utiliza como un arma, como un vehículo de odio mientras que traslada a él todo su afecto. Jeffrey Dean Morgan es perfecto en que se las arregla para encarnar un tipo malvado pero muy carismático (Neegan?), creíble en su amenaza, pero lo suficientemente "jodido" y cobarde para evitar enfrentamientos.
Esta persecución se lleva a cabo en su totalidad en las vastas zonas desérticas del sur de California. Más que una decoración, este desierto es un personaje en sí mismo, la topografía del sitio guiará las acciones de los protagonistas. En este desierto y espacio, nadie puede oír tus gritos. No hay ningún lugar para esconderse y es imposible escapar. La puesta en escena explota perfectamente la topografía del lugar, dejando prácticamente ninguna esperanza, su clandestino cazador siempre estará en su punto de mira a una confrontación final, interesante.
Las escenas de ataque del perro son particularmente impresionante, la puesta en escena capta la velocidad de sus carreras y el poder de sus ataques no esconde nada de la crueldad de sus mordidas. Jonás Cuarón no tiene miedo de que su historia de caza se tome en sentido literal como una película que no explica nada, mas que la crudeza de los asesinatos y la impunidad de su cazador.
Jonás Cuarón hace de “Desierto” una película que podría parecer superficial, pero él no es bobo, esta crítica social disfrazada de película de acción, es visceral y eficaz.