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Critica a «Arrival» (2016) de Denis Villeneuve

La carrera del realizador estadounidense Denis Villeneuve (Incendies, Sicario) continúa su fuerte impulso. También es alentador ver que se logran películas íntimas y matizadas a través del arrival-movie-4-e1471529984165sistema americano. Tal tema, con otro director, habría sido un juego de azar, sin embargo, Arrival encuentra su legitimidad en su capacidad para mantener un equilibrio, sin tratar de deslumbrar al espectador con efectos dramáticos. El director y su equipo creativo de producción demuestran su talento sacando lo mejor de cada momento, de cada situación, de cada escena. La simbiosis es notable entre las diversas facetas de la película.

Pero más allá del estilo hermético Kubrickiano que Denis Villeneuve presenta aquí, saca provecho agregando valor metafórico a la historia. Después de que el cine norteamericano nos presentara todas las diversas formas y situaciones en que una nave espacial podría aparecer, Canadá desarrolla una nueva moda: el palíndromo. La decisión de adoptar un enfoque científico, pero también lleno de sensibilidad, es donde radica el éxito de la película.

Si estoy tratando a “Arrival” como una película temáticamente densa, es porque lo es. Presenta un sentido de lo que es la melancolía desde los primeros segundos. La película, una adaptación de una novela de Ted Chiang, comienza con unas secuencias que nos presentan quien es la Dra. Louise Bancos (Amy Adams) introduciéndonos en un aspecto especial de su vida, el cual será más adelante clave en el desarrollo de la trama. Luego de dicha secuencia, ella, profesora en una universidad, camina a una de sus clases con un aire distante y triste, incluso haciendo caso omiso de un grupo de estudiantes que miran atentamente las pantallas de televisión que muestran las imágenes de doce naves alienígenas que se han posicionado en diferentes rincones del planeta. Sin embargo, su interés por el tema es despertado en el momento en que ella es llamada a tratar de traducir los mensajes de los visitantes, en compañía del físico Ian Donnelly (Jeremy Renner) y el coronel Weber (Forest Whitaker).

Louise reconoce que antes de ser un medio de comunicación, el lenguaje era una forma artística de expresión, una forma de expresar gráficamente los sentimientos y las ideas abstractas. Así que cuando se ve ante seres cuyo lenguaje escrito no es una mera representación del habla, ampliándolo más allá de los fonemas (imaginen una versión extrema de kanji japonés contemporáneo), la protagonista se queda fascinada, dando una reacción que se hace aún mayor cuando se da cuenta de que los alienígenas se expresan en forma no lineal.

La estrategia más inteligente de Villeneuve en su narrativa es la de asociar el punto de vista del espectador a Louise. Para ello, el director invierte en el diseño de sonido centrado en la percepción subjetiva de la protagonista: cuando ella está en un helicóptero, la mezcla está dominada por el ruido del motor hasta que esta se puso los auriculares; Con el traje contra la radiación, se vuelve sorda; etcétera. Lo que es más, en un principio, sólo ella llega a observar los detalles de la anatomía de los alienígenas cuando el personaje se acerca a ellos, la identificación del efecto termina siendo complementada por el uso oportuno de la cámara subjetiva. ¿Y por qué es esto tan importante? Porque después de estar anclados a ella, nos sumergimos en sus recuerdos, los cuales comienzan a inundar su mente cada vez más después de establecer contacto con las criaturas.

La suntuosa dirección fotográfica de Bradford Young, la banda sonora, dulce y cautivante de Jóhann Jóhannsson, el conjunto sobrio e inteligente de los actores, nos llevan en una dirección… la de olvidar el género de la película y sumergirnos en el intimismo de los sentimientos de nuestros protagonistas. “Arrival” es una película que se puede clasificar como ciencia ficción, género que a menudo se ocupa de cuestiones intangibles para la ciencia y que casi siempre aprovecha las situaciones para aprovechar los efectos visuales en conocidas secuencias de acción.

El contexto retratado en el guión es el miedo a lo desconocido, y la película entiende que ante la presencia de miedo, la reacción de gran parte de la humanidad es la agresión. No es de extrañar que lo que más le importa a Louise son los retos en términos de lenguaje, mientras que sus superiores evalúan la lógica de la guerra. En este sentido, Villeneuve es capaz de construir una fuerte atmósfera de tensión a través de los movimientos de cámara deliberadamente lentos presentando a sus personajes con voz baja e incluso en silencio absoluto.

Esta estructura circular, que comprende Villeneuve se hizo eco también en la irracionalidad de nuestros sentimientos, ya que no es raro que viajemos por caminos que conocemos a medida que tratamos de llenar los vacíos que no van a desaparecer simplemente porque ahora sabemos el calor que experimentamos cuando habíamos alcanzado dicha felicidad o tristeza.

“Arrival” es de esas películas que despiertan profundos sentimientos, ya que más que una película de ciencia ficción, es una historia sobre la humanidad y ese rasgo, que muchos olvidan, la capacidad incondicional de amar que poseemos los que tenemos el privilegio de respirar, aun si no somos de este planeta.

 

Acerca del Autor

Ruben Peralta Rigaud

Rubén Peralta Rigaud nació en Santo Domingo en 1980. Médico de profesión, y escritor de reseñas cinematográficas, fue conductor del programa radial diario “Cineasta Radio” por tres años, colaborador de la Revista Cineasta desde el 2010 y editor/escritor del portal cocalecas.net. Dicto charlas sobre apreciación cinematográfica, jurado en el festival de Cine de Miami. Vive en Miami, Florida.