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Critica a “The Light Between Oceans” (2016) de Derek Cianfrance

Tom Sherbourne (Michael Fassbender) es un hombre mentalmente devastado por cuatro años de combates durante la Segunda Guerra Mundial, y quiere escapar de todo. Acuerda sustituir the-light-between-oceans-fassbender-vikandael guardián del faro en la isla de Janus. Durante seis meses, vivirá completamente aislado. Justo antes de ir allí, conoce y se enamora de Isabel Graysmark (Alicia Vikander). Seis meses se convirtieron en tres años, cuando el guardián del faro se suicida después de muchos años de aislamiento Tom se casa con Isabel y la pareja se instala definitivamente en la isla. Hilan el amor perfecto y son felices hasta que deciden ampliar su familia. Después de un aborto involuntario, seguido por el nacimiento de un bebé muerto, Isabel está desesperada. A pesar de que está cerca de sus tumbas, un día cualquiera escucha el llanto de un bebé. Un pequeño bote que contiene a una niña acompaña el cuerpo de su padre, el cual se quedó varado en la orilla. Isabel elegirá quedarse con el bebé y la llama Lucy. Tom, muy reacio al principio, con el tiempo hace lo que le pide su esposa. De vuelta al pueblo, Hanna (Rachel Weisz), hija del hombre más rico del pueblo, está de luto por la muerte de su marido y su hija Grace, ambos supuestamente muertos.

A pesar del lado fiable de la historia, el espectador sigue con interés el drama que sigue y se convertirá (inadvertidamente) en cómplice de lo que allí ocurre. Los actores principales desempeñan sus respectivas funciones, pero Alicia Vikander interpreta el personaje más emocional. En algunas escenas que son visualmente desgarradoras, ella las interpreta con una facilidad increíble, toda la desesperación de su carácter es notada en puros ademanes y gestos faciales. La actriz tiene una excelente química con Michael Fassbender, haciendo que la historia de amor entre Isabel y Tom se note auténtica. En cuanto a Michael Fassbender, este expresa fácilmente las emociones de un hombre lleno de remordimientos y que tiene un gran peso sobre su conciencia. Por el amor por su esposa, Tom está dispuesto a sacrificarse y tomar toda la culpa en una mortificante situación.

El director Derek Cianfrance no es ajeno a este tipo de historias, "Blue Valentine" y "The Place Beyond the Pines" tomaron riesgos narrativos y visuales sin tener que abandonar sus personajes. Aquí ocurre lo contrario, sin embargo, Cianfrance se toma su tiempo para instalar su historia y sus personajes, pero parece tan intimidado por el peso del traje de película que apenas penetran sus almas (que era la gran fuerza de sus dos películas anteriores).

Las imágenes son tratadas con la delicadeza de Adam Arkapaw (Animal Kingdom, Lore, Macbeth). Arkarpaw aprovecha el espacio abierto así como los primeros planos del rostro de los actores, con un cuidadoso estudio de la luz en interiores y unos maravillosos encuadres. Sin embargo, la película de Cianfrance no está exenta de defectos, a partir de una narrativa a veces torpe y con un ritmo monótono. mientras que la interioridad y la tensión del personaje de Tom se convierte en el nodo de una noche entre dos océanos, su enigma. La característica de Cianfrance no siempre encuentra el movimiento al interior de la historia, es decir, sí vemos las situaciones y los sentimientos, pero nunca llegamos a sentirnos culpables, a excepción de algunas acciones perpetradas por Tom, situaciones que podrían en manifiesto la mentira que vivía. La brillante música de Alexandre Desplat no ayuda con el hechizo. De momentos se siente repetitiva, pero es por el mismo ritmo ya explicado en que Cianfrance decide llevar la historia. Después de una primera parte en la que los elipses están mal elaborados y presenta personajes poco convincentes, la película comienza a abordar un tema apasionante. Por desgracia, el tiempo perdido con anterioridad se siente rápidamente. Acelerar el ritmo no se refiere a los nuevos retos narrativos como se merecían, pero los defectos relativos a la definición de caracteres limitar la fuerza de los dramas que se someten.  Un escenario más equilibrado y una menor rigidez en el estudio de sus personajes probablemente hubieran funcionado mejor. Si los trajes tienen este efecto sobre Cianfrance, le deseamos que vuelva al siglo XXI para su próxima película.

“The Light Between Oceans” es una buena película, mayormente apoyada por la fuerza dramática de sus dos actores principales en la segunda mitad. Un muy buen aprovechamiento de la fotografía y la musicalización la hacen más llevadera, amén de su ritmo narrativo.

Acerca del Autor

Ruben Peralta Rigaud

Rubén Peralta Rigaud nació en Santo Domingo en 1980. Médico de profesión, y escritor de reseñas cinematográficas, fue conductor del programa radial diario “Cineasta Radio” por tres años, colaborador de la Revista Cineasta desde el 2010 y editor/escritor del portal cocalecas.net. Dicto charlas sobre apreciación cinematográfica, jurado en el festival de Cine de Miami. Vive en Miami, Florida.