“Hell or High Water” de David Mackenzie presenta un descarnado humor negro, y a su vez es diabólicamente violenta, o en otras palabras, el tipo de película que se podría esperar de un 
director no - americano que trabaja en los Estados Unidos. McKenzie se inspira en gran medida de los hermanos Coen y de Cormac McCarthy, lo cual funciona muy bien, gracias en gran parte a un fantástico guión de Taylor Sheridan, el actor convertido en guionista que debutó el año pasado con Sicario.
Podríamos marcar el comienzo de un nuevo capítulo en la carrera del director Mackenzie (este se mudó a Los Angeles recientemente) nacido en Cambridge con interesantes títulos como “Perfect Sense” y “Starred Up”. De hecho, esta reubicación de los Estados debe en cierta medida da explicar una divertida perspectiva de West Texas, donde los steaks se sirven solamente medio cocido sin opción alguna. Cuando la vean entenderán el chiste.
Chris Pine y Ben Foster son dos hermanos con una hipoteca que pagar. Con el fin de poder saldar una deuda que los dejaría en la calle, deciden asaltar el mismo banco que le esta cobrando el dinero. Su juego es atacar a los establecimientos temprano en el día, cuando no hay clientes alrededor y luego entierran el vehículo para darse a la fuga después. Pine hace de Toby, el hermano más joven, un buen-mal tipo con buen corazón e instintos de sobreprotección. Foster personifica a Tanner, el más volátil de los dos y el más estúpido también.
En el otro caso, están los “buenos” dos policías estatales, Marcus y Alberto, interpretados por Jeff Bridges y Gil Birmingham, respectivamente. Marcus es amable y sabio, con poco filtro en su boca, siempre esta lanzando un comentario cargado de ironía a su fiel compañero, un claro descendiente del sheriff Bell (Tommy Lee Jones) en “No country For Old Men”. Es un deleite ver sus expresiones faciales cada vez que lanza un insulto a su manera. En cierto modo, su relación con su compañero es muy parecida a la de Tanner y Toby, con el mismo sentido de la lealtad y la responsabilidad.
“Hell or high Water” es probablemente el mejor papel en la joven carrera de Pine. Ben Foster añade algunos matices finos y poderosos a un personaje que podría haber sido interpretado como nada más que un simple vaquero. Hay un guiño de la humanidad de Tanner aquí en ocasiones superficies, cuando Tanner trata comportarse como un ser humano, pero nunca puede realmente llega allí. Es un personaje creíble cuyo sentido del deber familiar orienta gran parte de lo que se desarrolla aquí.
Hay mucho para disfrutar aquí. Sheridan lleva un toque mucho más ligero que en Sicario con mucho más entretenimiento. Olvida un poco la atmósfera densa y lúgubre de la película de Villeneuve, para presentarnos una atmósfera llena de luz, acción, violencia repentina y humor. El Director de fotografía Giles Nuttgens mantiene la sensación de estar siempre en el desierto, y Nick Cave y Warren Ellis proporcionan notas de guitarra característicos del entorno.“Hell or High Water” cuenta con la probablemente mejor partitura original del año, una mezcla ecléctica y trepidante, que efectivamente va de la mano con el ritmo de la película.
Sin lugar a dudas es una de las mejores películas del 2016.“Hell or High Water” esta respaldada enormemente por un reparto que actúa como una maquina perfecta y evita cualquier exceso. En su lugar, tenemos simplemente una película terriblemente bien escrita, magníficamente dirigida y con actuaciones estremecedoras.
