Después de una impresionante promoción de más de un año, finalmente se estrena la muy esperada "Suicide Squad", la última entrega de la DC Comics. Después del fracaso comercial, y especialmente en la crítica, de "Batman Vs. Superman", DC puso todo su empeño para hacerle competencia a su más fiero contendiente, Marvel, carrera que DC estaba perdiendo. Para hacer frente a este arriesgado reto, se contrata a David Ayer para que lleve algo de frescura, buenos personajes y una historia que interesara al público. Al director Ayer, que venía de dirigir una misión suicida de un grupo de soldados estadounidenses contra los nazi (Fury), ahora le tocó contar otra misión suicida, pero no con soldados, sino la de un grupo de mercenarios que están encerrados por diversos crímenes. Más o menos el mismo tono, pero con súper poderes y mucho más efectos especiales. Pero aquí, el desafío era tener un resultado lo suficientemente agradable sin dejar de ser fiel al espíritu de los cómics, con el fin de no perturbar a los ‘’fanboys’’.
Suicide Squad nos muestra un mundo huérfano de Superman, donde los superhéroes (llamados "los metahumanos") no están unidos para enfrentar el mal. Así, que en un impulso de locura patriótica que la desesperación solo explicaría, la agente especial Amanda Waller (una excelente Viola Davis, como siempre) tiene la idea de reunir a un equipo de los peores criminales del planeta en una escuadra dispuesta a ayudar al Gobierno, a cambio de algunos favores personales. Si el prólogo con sus colores llamativos y unos movimientos de cámara estrepitosos prometieron un resultado desinhibido y loco, dicha premura solo queda en promesa. Dichas afirmaciones serán particularmente marcadas por el sello del aburrimiento y lo conocido. Porque aparte de ver a estos no ortodoxos villanos disparando y diciendo uno que otro chistes, la película no ofrece mucho más.
"Suicide Squad" es redundante y aburrida, adolece de una falta total de emoción. Está bien querer construir una epopeya en un escenario y ser testigos de la evolución de los protagonistas, pero cuando le pones el sello Hollywoodense de que "los malos no son tan malos" llevas todas las de perder, a menos que sea 1987. Pero en caso de usar dicha fórmula, donde el corazón de los que se suponen no tienen, sale a flor de piel, vamos a hacerlo de una forma más elegante o al menos, entretenida. Y es ahí donde precisamente radica el mayor problema de la película, es esta incapacidad para que el espectador procese que estos villanos de sangre fría pasen a ser mansos corderos, que estén dispuestos a sacrificarse para salvar a la ciudad y la sociedad que los encarceló, todo esto en un santiamén y por aparente decisión propia. Por desgracia para el director, una extraordinaria banda sonora, una muy buena explicación de quienes son y de donde vienen los personajes, además de una sobredosis de efectos visuales, no fueron suficiente para hacer de esta película al menos entretenida.
Sin embargo, "Suicide Squad" tiene una calidad innegable, es radicalmente diferente a las anteriores películas del mismo género. Aunque la película también peca de seguir los lineamientos de las películas de súper héroes modernas (Súper poderes, enlace de historias, personajes graciosos) la película al final se convierte en un riesgo para la productora, riesgo porque es algo complicado presentar a un grupo de villanos que deciden combatir el mal, riesgo que se traduce a la difícil exploración de más de cinco personajes sumamente interesantes y complejos, la cual lamentablemente queda en la superficie, pero que en el papel resulta algo fascinante. En lugar de desarrollar una verdadera atmósfera oscura en donde el espectador se sienta incómodo, la película simplemente captura los eventos de una noche lluviosa, secuencias de acción llenas de disparos y una muy pobre historia.
El sentimiento de decepción es innegable, pero también es obvio que todo tiene origen en las claras inconsistencias de la escritura de guiones, además de una pobre elección en el casting. Pero DC puede que hayan encontrado una bocanada de aire fresco en Harley Quinn (Margot Robbie). Además de ser el principal atractivo de la película, la novia del Joker eclipsa rápidamente a todos los otros (incluyendo al Joker, que se limita a una serie de ridículos bocetos para demostrar su supuesta y exagerada locura). Con un carisma innegable y siendo tal vez el personaje mejor desarrollado en la trama, ella es la clara demostración de que la mezcla de humor y violencia puede funcionar en el género de Superhéroes. A pesar del talento de los otros actores, los autores no pudieron encontrar la fórmula correcta para crear la química necesaria en el equipo, no existe un equilibrio entre la diversión y la locura, tampoco existe balance entre la acción y la comedia.
David Ayer, a menudo, es un director honesto. Sus películas enfocadas en el mundo de la policía de Los Ángeles le dan cierto aval en esto. Películas como “End of Watch” o “Street Kings” marcan tal vez lo mejor en su carrera de director. Ayer cree que es un maestro de lo visual, cosa que nunca ha sido su fuerte y en la cual hizo mucho énfasis en “Suicide Squad”, olvidándose de lo que mejor ha hecho en su cine, su narrativa. Ayer es un escritor innato que si ha sabido crear personajes interesantes dentro del género de acción (Dominic Torretto, Alonzo Harris, Andrew Tyler) pero en esta ocasión, al parecer, se le acabo la tinta.
La película resulta larga, y no por el metraje sino por la constante repetición de los “traumas” de los villanos. No se deciden si estos villanos son netamente personajes fríos, o personajes que hacen lo que hacen por redención o por algún interés particular. Todo en “Suicide Squad” está demasiado calculado y coreografiado, usando la transgresión como sólo una intención promocional, inflando al máximo la figura del Joker, creando una falsa expectativa de una mezcla entre locura y acción, y un villano que hasta este momento, ignoramos su propósito, totalmente sobredimensionada y pueril.
El cine no es como la música de hoy en día, donde vemos colaboraciones de artistas dentro de otros géneros. Aunque el cine va de la mano con la música, el mismo sistema que tiene éxito en un arte no necesariamente debe ser usado en el otro esperando los mismos resultados. “Suicide Squad”, por desgracia, es sólo una superproducción más. La Warner Bros. solo quiere su retorno en taquilla. “Batman vs Superman” fue universalmente criticada (Publico y prensa), pero aún así recaudó casi $ 872 millones en todo el mundo. Suicide Squad va a levantar muchas críticas, pero, dadas las pre-ventas y al bullicio promocional, estoy seguro de que se llevará una gran tajada de la taquilla al final de este verano, ya que está (pobremente) concebida con este propósito.