Critica a «Ghostbusters» (2016) de Paul Feig

Después de meses de haber sido destrozados por un grupo de fanáticos de la saga original, Sony Pictures anuncia el reboot de "Ghostbusters" protagonizado solo por mujeres, en la misma época que el mismo público exigía igualdad para los géneros, irónico.

Es innegablemente emocionante, ver actores como a la divertida y versátil Melissa McCarthy, a Kristen Wiig, Leslie Jones y especialmente Kate McKinnon entrar en sus trajes de color beige, sus armas de protones y lanzándose a sí mismas toda clase de chistes y situaciones que por mucho tiempo fueron reservadas “ especialmente para personajes masculinos”.

Algunos de los chistes aquí son notablemente mejor  sincronizados que en la película original y el bajo nivel de sustos son un poco más potente, gracias a una mejora de tres décadas de efectos visuales (y una extra-estereoscópica pantalla en caso de que opten por el 3-D).

Es cierto que la original "Ghostbusters" no era exactamente una obra maestra de la innovación cómica, y que perdura más como una colección de recuerdos de los efluvios de la cultura popular, sumándole una fabulosa canción. Feig y su co-escritor, Katie Dippold, han reciclado los fundamentos chapuceros de la trama con sensatez, suponiendo que esta rueda en particular no clama ser reinventada, simplemente reanimada. Y por momentos, al menos, sus instintos demuestran ser amenamente ingeniosos. Después de un prólogo divertido y fantasmagórico que ofrece un giro brusco de cinco minutos en una casa encantada, lo próximo que la película propone es reunir al equipo que va a luchar contra los fantasmas. Kristen Wiig es Erin Gilbert, un profesor titular de Columbia University que por una situación curricular se ve obligada a buscar a su vieja amiga, Abby Yates (Melissa McCarthy), una científico con el que una vez compartió un interés académico en lo paranormal. Completando el cuarteto extraño esta Jillian Holtzmann (Kate McKinnon), que tiene una mente brillante y con delirios de locura, y Patty Tolan (Leslie Jones), una empleada del subway de Nueva York que domina la historia de la ciudad Jones está jugando a la “no profesional del grupo”, así como lo hizo Ernie Hudson en la película original, a pesar de cambiar los géneros, el patrón racial se mantiene. Patty puede traer energía contagiosa y un viejo Cadillac-Carro Fúnebre para que sirva de móvil, pero los talentos de Jones nunca son aprovechados como en "Saturday Night Live". Así como los de su co-estrella McKinnon, ambas se quedan en estancadas en los mismos chistes y maneras de ser. Chris Hemsworth como Kevin, el atractivo secretario de las ‘Cazafantasmas ', abusa de algunas situaciones con chistes y secuencias notablemente forzadas.

Al final, "Ghostbusters" se tambalea y no a causa de representación. Las complicaciones narrativas  están a flor de piel, la necesidad de parecerse a la original hace que el talento y el posible aporte del talentoso equipo de actrices se vea limitado a un guion insípido y sin motivación alguna. Lo más interesante de la historia, además de uno que otro chiste, son los cameos del equipo original (a excepción de Harold Ramis), cada una de las apariciones de Murray, Hudson, Aykroyd y Weaver, serán dignas de recordar.  Estos Cazafantasmas pueden conseguir una lluvia de efectos especiales de fantasmas sobrevolando la ciudad, pero hay que analizar como presentan a las mujeres. Después de tantas luchas y opiniones acerca de la ya mencionada igualdad de género, Las cazafantasmas son tratadas como estafadoras, no sólo porque creen en fantasmas, sino porque son patéticamente viejas mujeres, solteras que creen en los fantasmas. Hay una marcada diferencia. Hubiera preferido ver la relación original de los personajes principales y que estas pasaran más tiempo en el laboratorio creando sus artefactos y burlándose las unas con las otras. Estas situaciones, y la batalla final con un grupo de fantasmas, son sin lugar a dudas los puntos más altos de esta película.

No se les acusa de carecer de la química, lo que falta es la combustión, la sensación de dinamismo creativo que se produce cuando la intención, la ejecución, secuencias de comandos y la improvisación están completamente sincronizados. Estas brillantes mujeres no necesitan el amor, la protección, la aprobación o la compasión, y menos aún la opinión del internet. Sólo necesitan un poco de libertad creativa y un mejor guion.