Una casa encantada es un concepto aterrador. Sólo la idea de que tu propia casa, tu lugar sagrado, podría verse comprometida por un espíritu vengativo o demonio es una idea horrible. Y más aún si 
todas tus finanzas están vinculadas a esta edificación, por lo que es imposible de abandonar. Cada rincón refleja en cierta medida una historia personal, y los objetos adjuntos a las paredes hacen mucho más difícil separarse del lugar. Lo que es peor es saber que tu casa está siendo invadida y que a pesar de todas las clases de defensa personal y armas que una persona puede reunir, es totalmente imposible detenerlo.
"The Conjuring 2" se agrega a la franquicia con otra familia siendo perseguida por un espíritu vengativo que reniega su salida. Peggy Hodgson (Frances O'Connor) es una madre soltera que vive con sus hijos en un departamento de Londres. Cuando de repente es asediado por una entidad maligna, las precariedades que la perseguían, de inmediato se vuelven secundarias. Varios intentos de disuadir al demonio de que se vaya caen en fracaso, por lo que Peggy lleva su caso a los medios de comunicación. Después que su hija Janet muestra lo que parece ser una posesión demoníaca en televisión nacional, la Iglesia Católica llama a Ed y Lorraine Warren (Patrick Wilson y Vera Farmiga) para investigar las afirmaciones de dicha perturbación sobrenatural. ¿Está la familia Hodgson en última instancia fingiendo todo esto?
No puedo recordar la última vez que un director mostró una visión fresca del tema de casas embrujadas. La mayoría de estas tienen la misma fórmula. Al igual que con la original "Conjuring", las últimas películas del tema vienen con una buena dosis de legitimación, “basado en hechos reales”. Dicha frase ya cae en una muy buena estrategia de mercadeo.
Los demonios son reales, pero tal vez seguir buscando al diablo podría ser un tema repetitivo como la solución, cuando el verdadero culpable podría ser en cambio un pre-adolescente mentalmente dañado poniendo a su familia de relajo con sonidos y unas supuestas posesiones. Ahí si creo que el género de casas embrujadas tendría un giro, algo satírico como sucede en “Cabin in the Woods”.
"The Conjuring 2" simplemente regurgita los esquemas del diagrama de la película original, que nos deja en un estado constante de deja vu no terrenal. Atronadores golpes en las puertas que se abren a nadie, objetos que se trasladan por su cuenta, el sonambulismo de niños que los conducen a reliquias de mal agüero que conducen a las puertas, más portazos, música estridente, etc etc.
Un director como James Wan es fácilmente el proveedor más enérgico de terror del cine actual que no puede enmascarar la extraña moda de sequelitis, moda que comienza a filtrarse en nuestros huesos a medio camino a través de la película. Para un realizador que nos ha presentado las películas del género más interesante en los últimos 20 años, y a su vez es el creador de las mismas sagas que nos siguen castigando hasta hoy en dia (Saw, Insidious). El siguiente paso para Wan es el período “La Liga de la Justicia”, con su película “Aquaman”. Sólo esperemos que no haya fantasmas a 20,000 leguas debajo el mar.
"The Conjuring 2 " tiene numerosos momentos que si asustan, mientras Wilson y Farmiga otra vez tratan de mantener una química a flote, química más importante que los motivos de la película, lo que llega a ser desconcertantes. Ellos simplemente no son suficientes para marcar la diferencia y llevar un mejor resultado que la original. Solo para incondicionales del género, fanáticos que devoran todo del cine moderno de terror, género que poco a poco, por su falta de originalidad, le está siguiendo los pasos al Western, tristemente.
