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Critica a “El Rey de La Habana” (2015) de Agustí Villaronga

Situado en la turbulenta Cuba de los años noventa, durante un período de crisis económica, conocido como el "período especial", el melodrama de Agustí Villaronga “El rey de La Habana” elreydelahabanacomienza en la estratosfera superior y sigue subiendo, con el tono atrapado entre algo hecho por diversión y una película que quiere aprovechar los problemas sociales más graves.

La historia, adaptada del libro de Pedro Juan Gutiérrez, termina como una madura, pero desordenada historia,  como el vertedero municipal, que hace acto de presencia al final de la película.

La secuencia de apertura es un ejemplo de ello. Aquí joven, Reinaldo (Maikol David Tortolo) mantiene una discusión con su hermano, y en un abrir y cerrar de ojos la desgracia le acompaña. Este exceso literal es imitado por el histrionismo de tonos en todo el resto de la película.

Reinaldo va preso por crímenes que no había cometido, pero se escapa ya siendo un adolescente y se encuentra viviendo una vida marginal. Villaronga puede querer involucrarnos en su 'tragedia', pero él no puede sostener a Reinaldo en una posición suficientemente moral antes de que comience su descenso - se trata de un niño que surge de la parte inferior y se hunde aun más. No es tanto un acortamiento de su nombre, si no la longitud que va en el departamento de entre sus piernas quien le da su apodo de "Rey" (El Rey). Su habilidad para satisfacer a aquellos con los que duerme es lo que lo lleva a establecer no una, sino dos casas.

La primera es con la prostituta local Magda (Yordanka Ariosa), cuya actuación comprometida y deliberadamente salvaje, para sorpresa de casi todos, convenció los gustos de Julianne Moore y Ellen Page a la actriz Concha de Plata en San Sebastián. La otra, es con  Yunisleidy, (Héctor Medina), un transexual que hace dinero de vender drogas y “favores” a extranjeros ricos. La película utiliza la República Dominicana como duplique de Cuba, pero el diseño de producción es tan escabroso como extraordinario. Este detalle es tal vez el punto más alto de la película. Alain Ortiz, el diseñador de producción,  es tal vez la verdadera estrella de la película.

El principal problema de “El Rey de la Habana” es que sabemos a dónde va, es un conjunto de anécdotas alrededor de un solo personajes, anécdotas que, en muchas ocasiones, caen en una exageración narrativa aburrida. La pobre importancia a los personajes secundarios es otros de los puntos importantes de la narrativa, el descuido en los acentos, los pobres diálogos y personajes que no importan, restan mucha credibilidad a la hora de contar una historia. Estos personajes a medio formar vagan por la narrativa fragmentada hasta que todo el sentido de la realidad y la esperanza, tanto para ellos como nosotros, se pierde.

 

Acerca del Autor

Ruben Peralta Rigaud

Rubén Peralta Rigaud nació en Santo Domingo en 1980. Médico de profesión, y escritor de reseñas cinematográficas, fue conductor del programa radial diario “Cineasta Radio” por tres años, colaborador de la Revista Cineasta desde el 2010 y editor/escritor del portal cocalecas.net. Dicto charlas sobre apreciación cinematográfica, jurado en el festival de Cine de Miami. Vive en Miami, Florida.