Después de que el primer ministro británico muere repentina y misteriosamente, los líderes mundiales son convocados a Londres para el funeral. 
Supuestamente, en "el evento más protegida en la Tierra", son objeto de ataques terroristas. El único superviviente entre ellos es el presidente de Estados Unidos Benjamin Asher (Aaron Eckhart), gracias a su rudo agente del Servicio Secreto Mike Banning (Gerard Butler), a pesar de que Banning admite que él está hecho de nada más que "bourbon y malas decisiones" (al parecer toda la seguridad estadounidense está hecha de algodón de azúcar) . Ahora Asher y su guardaespaldas estarán a la fuga en un Londres en estado de guerra, debido a los malos quieren capturar al presidente y ejecutarlo en vivo por Internet. Si, en serio.
“London has fallen” no es una película: es una ridícula manifestación de lo poderoso que son los Estados Unidos si se meten con su presidente y una acentuación racista a que los malos provienen del medio oriente, y los buenos siempre serán los de este lado. Es ridículamente concebida, comenzando por todas las supuestas fallas de seguridad en el servicio británico. Desde el MI-6 hasta el cuerpo de ambulancias fallan, pero los terroristas principalmente anti-estadounidenses logran estupendamente coordinar múltiples ataques a través de una ciudad geográficamente extensa. Aunque incluso los terroristas no pueden negar la superioridad de la tecnología americana; todos están equipados con iMacs.
Por supuesto, los británicos no son estadounidenses; todas las miradas de lástima y regaños hechos por la directora del Servicio Secreto Lynn Jacobs (Angela Bassett) para sus homólogos del Reino Unido son similares a la de unos padres en contra de su hijo cuando va amontar bicicleta sin ruedas laterales la primera vez, la seguridad nunca será suficiente. ¿No es una imagen tan linda como la de los británicos presentados? A pesar de que el guion de Creighton Rothenberger, Katrin Benedikt (que escribió ‘’Olympus Has Fallen’’ y contribuyó a ‘’The Expendables 3’’), Christian Gudegast (‘’A Man Apart’’) y Chad St. John -así es, cuatro guionistas- carece de sentido, se enfoca más en los contrastes. Los malos son muy malos y tienen razón para hacer lo que están haciendo, pero los “buenos” también tienen razón para defenderse, aun sabiendo que le hicieron algo malo a los supuestos malos, ¿entienden? Ni yo. Es como una guerra civil de hipocresía. La asombrosa aptitud de los terroristas está destinada a dejar un orinando en sus pantalones y hambrientos de sangre a toda la audiencia, pero con la certeza de que solamente Estados Unidos tiene las bolas, los cerebros y la potencia para destruir a todos ellos, les dará alivio. Nótese la ironía.
Grandes felicitaciones a la iraní-sueca Babak Najafi en su primera película en idioma Inglés, una película que ayuda a reforzar la cultura de que sus parientes son todos terroristas, con una película total y absurdamente propagandista del imperio norteamericano y que solo ellos son los que pueden salvar al mundo. “London Has Fallen”, es terrorismo puro, también es racista, chovinista y bien desagradable. A los votantes de Donald Trump les va a encantar.
