Hace catorce años, Nia Vardalos surgió de la nada con "My Big Fat Greek Wedding", una pequeña comedia profundamente personal sobre su familia (una familia griega sobre protectora), y sobre las diferencias culturales de la misma en una sociedad como la norteamericana. La película fue un éxito, ganando más de $ 200M y amada por millones. No importa cuál sea tu origen étnico, es imposible no ver un poco de tu propia familia en la familia de Vardalos. Sin embargo, los intentos posteriores para sacar provecho de éxito de la película han sido un desastre, y por desgracia "My Big Fat Greek Wedding 2" es casi tan agradable como un remedio casero.
Parecido a un montón de episodios juntos presentados como una comedia “Sitcom”, que podría llamarse "My Big Fat Greek Life", la película recicla los mismos gags que su predecesora, quizá suponiendo que va a trabajar para una una nueva audiencia. Pero ¿hay alguien que no ha visto la primera película que esté interesado en esta? Probablemente no; y ellos no entenderían por qué el patriarca de la familia Gus (Michael Constantino) está usando ‘’Windex’’ para descongelar su coche. Honestamente, las referencias a Windex comienzan en los primeros 10 segundos, pero afortunadamente son menos prevalentes en esta ocasión. Toula (Vardalos) sigue siendo la chica que se enamoró de su príncipe, John (John Corbett), pero su matrimonio está en un hilo flojo. Están demasiado ocupados con sus trabajos, la familia de Toula siempre está en el medio, y la preocupación por su hija Paris (Elena Kampouris), que se ocupa de algunas de las mismas inseguridades que Toula enfrentó. Además, ella está a punto de elegir una universidad y Toula quiere que se quede en Chicago.
Así, mientras que esta película se trata de Toula haciéndole frente a la maternidad, el título exige una boda, ¿verdad? Bueno, hay una. A través de una serie de acontecimientos artificiales, se descubre que Gus y su esposa María (Lainie Kazan) no están realmente casados. Han estado "viviendo en pecado" por el último medio siglo, y ahora tiene que atar el nudo para hacerlo oficial. Con algo de gracia, la batalla de los sexos estalla brevemente de como María considera sus opciones, y pone en manifiesto quien es el real pilar en todas las familias.
Como dije, la película de alguna forma recicla la mayoría de los chistes contados en la primera, solo que los adorna y los coloca en diferentes situaciones, situaciones que el público de seguro adorará. Sin lugar a dudas, lo mejor sigue siendo Andrea Martin como la máquina de opinión sin filtro, la tía Voula. Hay algunos cambios de imagen, relaciones homosexuales y chistes profundamente inquietantes sobre la noche de bodas, en la que las mujeres dicen que sólo "pretenden desmayarse y dejar que su marido haga todo". Si cualquier otra película con cualquier otra cultura cuenta una broma como esa, no habría un alboroto, pero de alguna manera se acepta aquí. Es una película hecha para el agrado del público, olvidando la originalidad que presenta la primera. No voy a negar que reí durante todos los 90 minutos, es casi imposible resistirse al encanto de estos personajes, pero cuando se llega al punto de repetir situaciones y de repente cambiar maneras de pensar de algunos personajes sin motivo aparente, nos hace cuestionar su contenido, cinematográficamente hablando.
“My Big Fat Greek Wedding 2” es totalmente inofensiva y probablemente funcionará para aquellos que amaban la original. Pero si no fuera así, esta es una boda griega a la que no me gustaría ir. Es broma, iría sin pensarlo dos veces.