Disney, Marvel, Fox, Universal, Warner, Lionsgate, Netflix o The Weinstein Company amenazan con boicotear los rodajes en Georgia si se aprueba una ley homófoba.
La polémica no es baladí dado que Atlanta, la capital del estado de Georgia, es conocida desde hace más de ocho años como la Hollywood del sur de EE UU. En 2008 se puso en marcha una atractivisima política de incentivos fiscales con el fin de atraer la producción cinematográfica: las producciones cuyo presupuesto fuera de medio millón de dólares como mínimo que rodaran dentro de los límites del estado se beneficiarían de un 20 por ciento de recortes fiscales, mientras que aquellas que incluyeran el logo estatal al final de los títulos de crédito podrían lograr hasta un 30 por ciento de reducciones, entre otras medidas.
¿Qué compañía no se dejaría tentar por unas iniciativas fiscales tan atrayentes y con una normativa tan fácil de cumplir? Allí se han rodado desde entonces superproducciones como Los juegos del hambre: En llamas; Los juegos del hambre: Sinsajo 1 y 2; Insurgente y Leal, de la saga Divergente; Fast n’ Furious 5 (2011); X-Men: Primera generación (2011); o películas un poco más modestas como Footloose(2011); El vuelo (Flight) (2012); Sabotage (2014); Matar al mensajero (2014); o Bob Esponja: Un héroe fuera del agua (2015). Desde 2014, Marvel se ha instalado en Atlanta y ha filmado sus últimas tres producciones: Ant-Man (2015), Capitán América: Civil War y Guardianes de la galaxia 2; mientras que está previsto que se ruede allí también la nueva entrega de Thor. También las series de televisión se han acercado a Georgia en busca de esos prometedores estímulos fiscales, desde The Walking Dead, Halt and Catch Fire (AMC) a Rectify (Sundance TV) o The Vampire Diaries (The CW). Gracias a todos esos rodajes, el estado del sur se convirtió el año pasado en el tercero detrás de California y Nueva York en volumen de producción audiovisual.