Han pasado 22 años desde la primera vez que nominaron al Oscar a Leonardo DiCaprio. Su interpretación en ‘¿A quién ama Gilbert Grape?’ le otorgó no solo la invitación a la gran ceremonia de los Oscars sino el respeto de todos los críticos.
El periodista Matt Zoller de la web RogerEbert.com no está de acuerdo en que su interpretación en ‘The Revenant’ se merezca un Oscar. Ojo, que no quiere decir que Leonardo le parezca un mal actor o que no esté de acuerdo en que se haya merecido un premio en anteriores ocasiones, pero critica la costumbre que se ha implantado de galardonar a aquellos actores que hayan sufrido una transformación física o sufrido mucho durante el rodaje.
Quizás como dice en el artículo que nos ataña, todo comenzó con Robert de Niro y su cambio físico para interpretar al boxeador Jake LaMotta en Toro salvaje, al que siguieron muchos otros como Tom Hanks en Náufrago o Matthew McConaughey en Dallas Buyers Club. Estas críticas no son nuevas: todos los años aparece una corriente de opinión que se queja del valor que se da a aspectos meramente físicos a la hora de pretender que alguien se merezca un Oscar o no.
¿Pero qué pasa con las actuaciones más sutiles? Es lo que se pregunta Zoller que se lamenta de que Dicaprio, un actor cuyos mejores momentos son cuando más sutil es, haya estado durante años centrado en papeles que le exigen transformarse físicamente o le hagan sufrir durante el rodaje de alguna manera como si cualquier otra cosa no fuese actuar.
«La interpretación de prueba de resistencia y las transformaciones pueden ser buena interpretación», dice LaMotta, «¿Pero por qué se premia por encima de otros tipos de interpretación? ¿No vemos las interpretaciones sutiles o pequeñas, las cómicas, las ligeras, todo lo que no tenga que ver con sufrimiento y transformación, como buena interpretación?» Un debate que podemos hacernos cada año de cara a los Premios Oscar.