Po y los Cinco Furiosos están de vuelta a la pantalla grande después de una ausencia de casi cinco años (sin contar la serie de televisión), y todavía mantienen la frescura y las artes marciales en 
esta Kung Fu Panda 3, un resultado muy agradable en la franquicia nominada al Oscar.
La historia nos relata cuando Po (Jack Black) se reúne con su padre biológico, y emprende un viaje de descubrimiento, no solo de su interior sino familiar. Pero la reunión familiar se trunca con la aparición del villano Kai. Su viaje interior comienza porque le es asignada una nueva misión por su maestro Shifu (Dustin Hoffman) y en el mismo instante debe prepararse para enfrentar a un enemigo peligroso, Kai (J.K Simmons). Kai ha surgido del mundo de los espíritus con la intención de robar los poderes de todos los maestros de Kung Fu, a menos que Po pueda encontrar una manera de detenerlo.
Lo más interesante de la película es un nuevo y buen equilibrio de acción y humor en los personajes creado por los directores Alessandro Carloni y Jennifer Yuh, compartiendo créditos con los guionistas Jonathan Aibel y Glenn Berger. La historia es tal vez algo densa para los más niños, pero que sin lugar a dudas poco les importa la trama, pues ellos solo están enfocados en el maravilloso 3D y en las secuencias de peleas. Lo que siempre me ha maravillado de esta saga es la buena creación de los personajes, ricos y con características que cumplen sus roles de entretenimiento, sin olvidar los momentos de seriedad que bordan la cultura oriental. Muchos podrían sentirse ofendidos por ciertos usos y comentarios de dichas creencias milenarias, pero cuando están presentados con este encanto, dudo mucho que puedan resistirse.
Sin lugar a dudas, aun el punto más alto siguen siendo las voces de sus protagonistas. Jack Black, Dustin Hoffman, Jackie Chan, Angelina Jolie y J.K Simmons tienen esa química que solo los talentosos pueden lograr, apoyados por un buen ‘’storytelling’’ y una campaña de mercado abrumador. “Kung Fu Panda 3” es una parada obligatoria para grandes y niños, donde paradójicamente ambos rangos se sentirán de la misma edad.
