Dicen que no hay nada más grandioso en la vida que encontrar el amor. Que cuando el camino de dos personas se une todo en la vida todo parece ser perfecto; las nubes son de algodón de azúcar e incluso la lluvia más ácida sabe dulce. Cuando estamos enamorados todo lo que hay alrededor se transforma. Vemos como quien lleva un velo sobre los ojos, uno que nos deja ver pero a la vez nos nubla un tanto la vista. Anhelamos estar con esa persona que es capaz de acelerar nuestro corazón y esperamos que el día transcurra para poder estar a su lado, para sentir el roce de su cabello, el calor de su piel, el contacto de sus labios y el suspiro que va acompañado de su respiración.
La sensación de estar enamorados es grandiosa pues nos hace ver que todo es perfecto aun cuando no lo es. Nos olvidarnos de los problemas y nos concentrarnos sólo en esa persona que tanto significa para nosotros, y, si todo sale bien, llegamos al amor. Un amor que sucede cuando la relación es más fuerte, y aunque las mariposas en el estómago han dejado de aletear, nos demuestra que siempre estarán vivas y que en algún momento especial las podremos sentir de nuevo. Nos entregamos y sin pensarlo demasiado, nos lanzamos al vacío sin saber lo que se esconde debajo. A veces caemos sobre un terreno suave que nos recibe con los brazos abiertos y otras veces nos damos cuenta que no hay abrazos que nos reciban debajo; que la superficie es más dura de lo que esperábamos y que la oscuridad reina en ese mundo que creíamos perfecto.
Un gesto, una frase, una mirada… Sólo se requiere de un instante que nos indica que todo terminó o simplemente que nos demuestra que en realidad no era amor. Nos toma un momento darnos cuenta que la persona que aparentemente caminaba a nuestro lado en realidad miraba en otra dirección. Impotencia, inseguridad, tristeza, desesperanza, sufrimiento, dolor… nos invaden y nos hacen creer que no hay nada que valga la pena, sin embargo debemos confiar en que de una manera u otra llegaremos al camino que nos llevará a encontrar nuestro verdadero amor.
Si has sufrido de desamor alguna vez en la vida, seguramente te podrás identificar con la película que marcó a miles de jóvenes por mostrarnos el otro lado de una historia de amor. Una historia más real, que podemos comparar con la nuestra cuando nos damos cuenta de los esfuerzos de uno por estar con una persona que en realidad nunca amó.
Las siguientes frases de (500) days of Summernos hablan de una historia que podría compararse con la que tú has vivido. Una historia en la que esa persona por la que dimos todo en realidad nunca nos amó. Una cinta que finaliza como sucede en la vida real: alguien más logró conquistar el corazón de esa persona que nosotros quisimos. ¿Expectativas vs. Realidad? Tristemente es la segunda la que en más de una ocasión nos ha acompañado. Es dura, pero real; pero no hay que olvidar que después del verano llega el otoño, una nueva estación llena de color y esperanza.
“Que a una chica le gusten las mismas porquerías raras que a ti, no significa que sea tu alma gemela”.
“No quiero olvidarla. Quiero recuperarla”.
“¿Sabes qué es un fastidio? Darte cuenta de que todo en lo que crees es una mentira total”.
“El amor no existe, es una fantasía”.
“-Y ¿qué es lo que pasó?
-Lo que ocurre siempre… la vida”.
“La gente debería poder decir cómo se siente de verdad, no con las palabras que le atribuye algún desconocido”.
“No puedes atribuirle un gran significado cósmico a un simple suceso terrenal. Una coincidencia, eso es todo lo que cualquier cosa siempre es, nada más que una coincidencia”.
“¿Alguna vez has repasado todos los momentos con una persona una y otra vez buscando los primeros signos de que algo va mal? Sólo hay dos opciones: que es un ser humano malvado y desprovisto de emoción o que es un robot”.
“-Se acabó.
-¿Qué?
-Summer y yo.
-¿Alguna vez comenzó?
-No, pero podría haber sido en un mundo donde las cosas buenas me pasaran a mí”.
“La gente no se da cuenta, pero la soledad está subestimada”.
“Odio a Summer. Odio sus dientes torcidos, su peinado de 1960, odio sus rodillas huesudas, odio su lunar en el cuello que parece una cucaracha, odio la forma en que se moja los labios antes de hablar. Odio el sonido de su risa. ¡Odio esta canción!”
“-Sólo desperté un día y lo sabía.
-¿Saber qué?
-Aquello de lo que nunca estuve segura contigo”.
“Yo sé que piensas que ella era la indicada. Pero yo no lo creo. Creo que ahora sólo recuerdas las cosas buenas. La próxima vez que pienses en el paso, recuérdalo tal cual era”.
“Aprendió que no existen los milagros. No existe tal cosa llamada destino. Nada está destinado a ser. Él lo sabía. Estaba seguro de ello ahora”.