Con gran placer fui testigo del final de otra saga hollywoodense, y digo final con miedo, porque como vemos en estos días, de la nada se inventan un remake o un spin off de lo que sea, tan solo para seguir sacándole el jugo a la fruta.
Pero mi felicidad por el final de la saga “Hunger Games” no data por la mediocridad de su resultado, todo lo opuesto. Creo que el equipo detrás de esta historia sí se preocupo por la calidad de la misma, entregando a los fans una saga aceptable, con los beneficios de darle a Jennifer Lawrence el status de superestrella, empujar a millones de jóvenes a la lectura, y claro está, los beneficios económicos a la industria.
“Hunger Games” pertenece a la moda de Hollywood de adaptar novelas escritas en especifico para público joven, novelas que presentan en su mayoría a una protagonista femenina (Twilight, Divergente), en una misión, enamorada de dos hombres (y sin saber decidir con cual quedarse), luchando contra un sistema y por último, enfrentando al final sus miedos y al súper malvado villano. No creo que sea un panorama muy alentador para la juventud que lee.
En esta última aventura, Katniss (Jennifer Lawrence) y su grupo van a una misión, asesinar al presidente Snow (Donald Sutherland). Dicha misión no será nada fácil, ya que Snow y su gabinete han preparado una serie de trampas y obstáculos para que Katniss no vea cumplido su deseo, el de ver al dictador muerto.
Olvídense de personajes interesantes, fuera de Katniss, tampoco tendrán secuencias memorables, la mayoría de las situaciones en esta última entrega ocurren por puro placer y sin preámbulo alguno. Al parecer había cierta prisa por terminar la historia, un grave error que comenten la mayoría de las sagas norteamericanas, ya que no saben darle un final a dichas historias.
El punto más alto sin dudas es su intermedio, el cual ocurre cuando Katniss y su equipo emprenden su viaje hacia la casa de Snow. El director Francis Lawrence sabe sacar provecho a esas situaciones, creando muy buenas secuencias de acción (cuando se abre la represa de aceite, persecución de zombies) pero con el factor cliché que permite al público adivinar los sobrevivientes al final.
“The Hunger Games: Mockingjay part 2” pudo ser mucho mejor, ya que venía con un buen trasfondo político y social (al planteamiento de la historia en las primeras dos películas) pero que poco a poco fue cayendo en lo fácil, poco exigente y sin sentido, además de un final muy cursi y a lo Hollywood. Creo que de alguna forma esto significa lo mismo.