Quentin Tarantino es de esos directores que podemos reconocer desde el primer fotograma, desde la primera canción, desde que notamos los primeros personajes. Posee una estética underground
única, influenciada básica y únicamente en sus gustos cinematográficos y en experiencias personales.
A este director norteamericano no le gusta lo común. Es por eso que en la mayoría de sus películas, vemos un estilo único, cargado de impresionantes (coloquiales y vanos) diálogos y estrafalarios personajes, interconectados de alguna u otra forma a otros personajes de sus películas.
La película reúne a ocho extraños : un caza recompensas llamado John Ruth (Kurt Russell) ; una fugitiva llamada Daisy Domergue (Jennifer Jason Leigh) ; un negro ex soldado de la Unión Mayor Marquis Warren (Samuel L. Jackson) ; un sheriff renegado llamado Chris Mannix (Walton Goggins ) ; el cuidador temporal de un hostal , Bob (Demian Bichir ) ; el verdugo de la ciudad de Red Rock , Oswaldo Mobray (Tim Roth ) ; el vaquero Joe Cow-Puncher” Gage (Michael Madsen) ; y el general confederado Sanford Smithers (Bruce Dern) . Todos toman refugio en el hostal de Minnie , y estos poco a poco se dan cuenta de que tienen una misteriosa conexión. Dicha podría impedirles a llegar Red Road vivos.
“Uno de ustedes amigos, no es quien dice ser”, y bien que es así. “The Hateful Eight” es tal vez la historia más arriesgada del director desde su opera prima “Reservoir Dogs”. Es arriesgada por varios motivos. No crean que solo verán 8 personajes, Tarantino saca provecho a mas de personajes en esta película, cada uno de estos tiene una importancia vital para la historia, apoyados únicamente en extraordinarios diálogos que rayan en lo increíble. Dichos diálogos van acompañado de su acostumbrado y elegante estilo de dirigir. Algo que siempre suma a este talentoso director es el manejo de sus actores y ese cuidado y perfecto casting del que siempre le ha caracterizado. Cada uno de estos personajes fue creado a puño y letra para estos, sencillamente no hay desperdicios.
A su vez, lo que acompaña a este tipo de historias son impecables interpretaciones. Samuel L. Jackson y Jennifer Jason Leigh hacen que cada minuto en pantalla con ellos sea exquisito, Samuel con su acostumbrado estilo entre lo irónico y serio, nunca pasa desapercibido, mientras, Jennifer Jason Leigh, sin lugar a dudas lleva a Daisy Domergue en la piel, hecho y creado para esta talentosa actriz norteamericana.
En el apartado de fotografía, la elegancia que le impregna Robert Richardson (Inglorious Basterds, Kill Bill) es de leyenda. Acostumbrado a trabajar con Tarantino, en esta ocasión se adueña del espacio, creando una perfecta atmósfera claustrofóbica, y logra hacernos sentir el frío, que es sin lugar a dudas, otro de los protagonistas de la historia.
Quentin es enemigo de la música original para sus películas, por eso, siempre hurga entre su discografía, desempolva una canción y la hace un personaje más en sus películas, sin olvidar, que tiene el poder de hacerla un hit del momento. Pero ¿Quién le dice que no a Ennio Morricone?, creo que hablar y mencionar las virtudes de este maestro italiano necesitaría todo un libro. Este es el creador de innumerables bandas sonoras, e incluso, le puso sonido al Western, género al que vuelve con los más altos laureles. Una musicalización perfecta, sin excesos y que si acompaña con extraño morbo el desenlace de esta cinta.
Y es que “The Hateful Eight” no es la mejor película de Tarantino, pero si una de sus mejores logros en cuanto a guion. Es un western claramente influenciado en novelas de Agatha Christie, donde el villano sale de donde menos lo esperas, apoyado por un extraordinario grupo de actores y una estupenda fotografía, aunque con varios personajes que se repiten. Tarantino es un claro amante del cine, y que bueno que nos recuerda que no todo está perdido.
