En un año donde las sagas de “Star Wars”y “Jurassic Park” se están lanzando con nuevas historias y nuevos personajes, para enamorar a los nuevos y viejos fans, el director/guionista Ryan Coogler nos regala una visión fresca y menos comercial de uno de los héroes por antonomasia del cine norteamericano. Rocky Balboa pasa de estar en los cuadriláteros como boxeador, a estar dentro del mismo como entrenador.
“Creed” no es “Rocky”. Recordemos quien es Rocky Balboa: un inmigrante de la clase trabajadora norteamericana con un sueño en sus manos, por el cual debe de trabajar todos los días en un empleo de poca paga, sin acceso a educación y viviendo una vida modesta. Desde allí, Rocky sale a convertirse el campeón del pueblo y el séptimo arte, llevándose en los bolsillos 3 premios de la academia (Mejor película, Mejor director y mejor edición), sin dejar de la lado las otras 7 nominaciones, incluyendo dos para Sylvester Stallone (Como guionista y actor).
Adonis Creed es lo opuesto. Su niñez no fue muy fácil, ya que anduvo junto a Apollo Creed (Carl Weathers). Adonis es adoptado por la esposa de Creed y este crece dentro del seno de una familia acomodada, con acceso a educación, vivienda y vehículos. El joven Creed, aun con todo esto, tiene una necesidad increíble de repartir golpes.
Pero para no asumir, permítanme hacerles recordar… Apollo Creed muere en la cuarta entrega de la saga de Rocky, a manos de Iván Drago (Dolph Lundgren), esto solo fue un aclarando para mis lectores más jóvenes.
Adonis, decide renunciar a esa vida llena de comodidades y se marcha a Philadelphia, en búsqueda del mejor amigo de su padre. Dicha búsqueda es con el único propósito de que Rocky sea su entrenador y le enseñe todo lo que sabe acerca del boxeo.
La fuerza narrativa que posee el director Coogler esta puesta en manifiesto. Es un director temerario que disfruta lo que hace. En “Fruitvale Station”, su opera prima, muestra qué tan importante es el sentido de realidad para la credibilidad de su historia, pero dicha credibilidad no se la dan la calidad de sus filmes, sino la potencia de sus diálogos, en lo interesante que hace ver a sus personajes y su narrativa, su ritmo a la hora de plasmar en el celuloide.
Sylvester Stallone nació para este papel, escrito y creado por él mismo. Le ha dado vigencia a través de siete películas y casi 40 años, y en esta ocasión, vemos a un personaje ya abatido por el tiempo, experimentado, y con muy pocas aspiraciones, las cuales serán renovadas cuando toca a su puerta este fantasma amigable de su pasado. Marquen mis palabras, Stallone podría estar llevándose varias nominaciones y premios. No me cabe duda que este Rocky ha sido su mejor y más honesta versión hasta la fecha.
Coogler apoya una fuerte puesta en escena en las manos de la directora de fotografía Maryse Alberti. Alberti, crea unos extraordinarios encuadres y planos secuencias dignos de maestros, así como lo hizo en “The Wrestler”(2008), en momentos donde el espectador no quiere perder un golpe, ella con su cámara, crea la toma perfecta.
A pesar de momentos donde la música esta de más, “Creed” es sin lugar a dudas una de las mejores películas estrenadas en lo que va de año, una película llena de nostalgia, homenajes y buenos momentos.