“Carol “es la Primera película de Todd Haynes en siete años. Presentada en el festival de Cannes del 2015, llegó con altas expectativas, las cuales cumplió a cabalidad. Hermosamente adaptada de
la novela de Patricia Highsmith “The Price of The Salt”, Carol es una impresionante estela de colores complementarios, acordes anhelantes, diseño de producción y, por supuesto, el más exquisito melodrama. La historia comienza en Nueva York a finales de 1952, en un momento de incertidumbre en los EE.UU. La Segunda Guerra Mundial había terminado, la era del consumismo aún no había iniciado y la mayoría de las grandes tiendas reiniciaban sus negocios.
En una de las primeras escenas de Rooney Mara, esta se encuentra viendo Sunset Blvd. (1950), una de las mejores películas del cine norteamericano. Su amiga le comenta que está escribiendo una correlación entre lo que las personas que aparecen en pantalla dicen y lo que en realidad quieren decir. El director Haynes quiere dejarnos saber lo que vamos a presenciar, tal vez. Mara interpreta a Terese Beliviet, una empleada de una tienda de juguetes en unos grandes almacenes de Manhattan. La escena abre en una cena fatídica entre Teresa y Carol Aird, una mujer mayor y glamorosa interpretada por Cate Blanchett. Mientras cenan, un joven interrumpe la conversación y el director nos lleva a la primera reunión de estas en la tienda de Belivet.
Carol está buscando un regalo de Navidad para su hija y las dos mujeres comienzan un coqueteo visual, una batalla entre el deseo y la timidez. Terese le sugiere que puede comprar un tren, como forma de iniciar conversación, pero Carol presta más atención a la vendedora que al productor, y al marcharse olvida sus guantes en el mostrador, un momento que dará inicio a un tórrido romance. Se reúnen para una cita para almorzar, y luego de un viaje a la casa de Carol en Nueva Jersey, antes de un viaje por carretera en conjunto, donde su romance cobra vida. Haynes utiliza el mismo recurso de su película “Far From Heaven” del 2002, se las arregla para mostrar una vista panorámica de los prejuicios de la clase media del momento, en Carol sólo presenta una parte de dichos prejuicios, prejuicios que van desde lo que es moralmente correcto y el explote de los sentimientos.
Lo más loable de la cinta, amén de las magnificas actuaciones de Blanchett y Mara, es el extraordinario trabajo de fotografía de Edward Lachman, asiduo colaborador de Haynes es sus películas. Con una milimétrica perfección en encuadres y primeros planos, logra narrar lo mas importante en este tipo de cine, el despertar de sentimientos, esas miradas que dicen una cosa mientras las palabras reflejan otra, representa uno de los mas loables trabajos en la cinematográfica actual. El diseño de vestuario de Sandy Powell (The Wolf of Wall Street, Shutter Island) ofrece una impresionante gama de verdes y rojos para complementar las paredes en tonos pastel y aceras exteriores; el perfecto diseño de producción sorprendentemente detallado con guiños a la cultura del consumismo es creado por Judy Becker (American Hustle, BrokeBack Mountain) y Carter Burwell proporciona una musicalización devastadora. “Carol” es sin dudas una hermosa película, belleza que a su vez refleja el dolor de un amor imposible, un amor que habla con miradas, con gestos, con sentimientos.
