El director Cary Fukunaka le da una mirada sin pestañeos a los horrores de la vida real. Dichos horrores serán contados a través de los ojos de un niño, un extraordinario actor llamado Abraham Attah.
Es mucho lo que se ha hablado de esta película, Netflix como compañía productora (si, la misma de streaming) realizó una jugada que no fue bien vista, hizo un estreno simultaneo online y en salas de teatro, con un éxito que asusta, ya que en solo 10 días, la película fue vista 11 millones de veces en todo el mundo, sumándole a este éxito de taquilla, varias nominaciones en algunos de los premios más importantes. Sin lugar a dudas, Netflix está haciendo un antes y después en el sistema de distribución.
“Beast of no nation” es una adaptación de la novela a de Uzodinma Iweala. El filme y la novela, son un testamento fiel de los resultados desastrosos de cualquier guerra, los cuales terminan siendo peores cuando afectan directamente a la inocencia que tendrá que evolucionar en maldad para no morir.
Abraham Attah es Agu, un niño que vive con su familia en tierra neutral de un inespecífica país de África. Agu pasa sus días jugando con sus amigos, sin Ipads, celulares o internet. Su imaginación es su gadget favorito. En un abrir y cerrar de ojos, el gobierno invade sus tierras e inicia una guerra con los “rebeldes”. En dicho enfrentamiento, Agu queda solo, y esta oportunidad es aprovechada por El Comandante (Idris Elba), el cual recluta y entrena jóvenes para que estos sirvan como soldados.
Si, hay mucho material fuerte para algunos espectadores, desde cómo son entrenados estos jóvenes, hasta como sicológicamente son manipulados. De momentos, el tema se pone algo incómodo.
Agu, no tiene otra opción que amoldarse al cambio, pues si no va a morir, aun sabiendo que puede resistirse, pero como todo niño, aun tiene esperanzas de que las cosas vayan a cambiar.
Idris Elba, en el papel más importante de su carrera hasta esta fecha, es El Comandante, un militar contratado por el gobierno de dicho país para crear una guerrilla en la cual el es el Dios, un Dios que utiliza niños como adultos para un propósito sin sentido, donde el mismo, no entiende o respeta por lo que lucha.
Cary Fukunaka (‘’Sin Nombre’’, ‘’Jane Eyre’’) nunca afloja el pedal del acelerador. Sale de crear una de las mejores miniseries de los últimos tiempos (True Detective, temporada 1) para adentrarse en un tema visceral, pero que el fondo es la clase de cine sincero y poderoso que da nombre a la conciencia.
“Beast of no nation” es de lo mejor que he visto en este 2015, sin duda una película difícil de olvidar, digerir y aceptar. Un cine hecho a base de conciencia, pero sin dejar de lado el poderoso y violento de la imagen cinematográfica.