“The dead are alive” (Los muertos están Vivos), con esta frase inicia la segunda película de Bond del director Sam Mendes, en un claro intento de que la película #24 de la franquicia, traiga fantasmas del pasado. La historia inicia en México, específicamente el día de los Muertos, y Bond está allí. Daniel Craig, en su cuarta y aparentemente última participación como el agente secreto, camina entre la multitud con un disfraz de calavera, con una clara alusión a la muerte y a su licencia para matar.
La secuencia inicial es perfecta, es un plano secuencia de esos que te quitan la respiración. No es sorpresa que su director de fotografía Hoyte Van Hoytema (‘’Her’’, ‘’Interstellar’’) haya calzado los zapatos de Roger Deakins con gran maestría, ya que Deakins hizo la fotografía de la extraordinaria “Skyfall”, película posterior de la saga.
Cuando hablamos de Bond, incluso en la era de Daniel Craig, hablamos de clase, de estilo. Hago el hincapié en ‘’la era de Craig’’, pues me refiero a que hace 10 años, cuando este actor fue mencionado para suplir a Pierce Brosnan, la lluvia de críticas no se hizo esperar, todas ellas desaparecieron el mismo día del estreno de “Casino Royale” en 2006. Desde entonces, los comentarios negativos se transformaron en todo lo opuesto. Para muchos, Craig era el mejor Bond de la historia.
Desde entonces, no solo se rescató el estilo de la elegancia que siempre caracterizó al personaje, sino que además le agregó un tono más rudo y atlético que no se conocía (tal vez George Lazenby en “On Her majesty's secret service).
Como contaba, Bond está en México por una razón específica, la cual será desvelada en los minutos siguientes. Dicho trabajo traerá ciertas repercusiones a lo largo de la trama, la cual nos irá llevando por una espiral sin sentido y llena de pobres personajes.
“Spectre” es una organización secreta que le ha puesto muchas trabas a nuestro héroe durante muchas aventuras, con pocas referencias directa a la misma. Según este guión, las películas anteriores tienen un punto culminante en esta nueva entrega, “Spectre” puede que sea el “marcalibros” de las sagas venideras.
Durante su plácida estadía en México, Bond se hace de un anillo, que lo enlazará con su pasado, un pasado algo oscuro y peligroso. Este lo llevará hacia uno de los personajes conocidos al final de su aventura en 2006, el Sr. White (Jesper Christensen), quien sirve como punto medio y a su vez de partida, para muchas respuestas de nuestro agente.
La película de momentos carece de sentido, algo raro dentro del mundo cinematográfico de Mendes. Personajes y situaciones fáciles adornan la película desde su segundo acto. Es cuestionable cómo Bond recibe la información de dónde está reunida la organización secreta más peligrosa del mundo, o cómo por pura casualidad Bond esta en el lugar adecuado.
Creo que “Skyfall” y “Casino Royale” pusieron el estándar muy alto, al menos en las películas del mismo actor, así que las comparaciones no se hacen esperar, incluso, la falta de carisma de las chicas Bond es cuestionable.
Mónica Bellucci pasa casi desapercibida, con pocos minutos en pantalla, nos hicieron creer que será parte importante de la misma. La actriz francesa Lea Seydoux, con claro talento para actuar, olvida que está en una película donde no solo deberá hacer un personaje creíble, sino seguir el camino de otras chicas Bond, donde la picardía y la sensualidad estarían presentes. Al parecer nadie de la producción se percató de dicha insipidez en pantalla.
Otro de los problemas del guión es la excesiva cantidad de subtramas que esta tiene. Están: un encargo de Bond, su investigación del anillo, una situación de su pasado que es explorada, una posible desaparición del programa 00, la situación sentimental de Bond, y claro está, su lucha individual con el villano, pobremente presentado por el gran Christoph Waltz. Dicha cantidad de tramas hacen que no solo el espectador se pierda en ella, (y con ella su interés), sino que se le hace difícil a cualquier equipo de producción sacar lo mejor de ella. Al final, no se a ciencia cierta de qué trató la película.
“Spectre” es una grandiosa producción, sumamente entretenida, donde hay suficiente nostalgia para los que amamos las aventuras de Bond, y con muchas más excusas para odiarlo, para los que ya odian al personaje. La película respira el encanto de pasadas historias, con situaciones y personajes al calco, y lo peor y más triste de todo, es que el famoso personaje de Ian Fleming, se siente ya cansado, sin chispa y con ganas de retiro.