Lo más conocido dentro del género documental, es sin lugar a dudas el uso de imágenes y/o fotografías originales de lo que se está contando, estas sirven como apoyo para la narrativa. En 
“Invasión” esta herramienta es nula, y a su vez, es lo más fascinante de ella.
El director Abner Benaim lo deja claro desde un inicio que el no usará imágenes del pasado para contar su historia, pues la narrativa vendrá de las bocas de las personas que vivieron dichos momentos.
“Invasión” es un retrato desgarrador de la mayoría de las familias que sufrieron en carne propia la invasión de la guardia norteamericana a Panamá en 1989, según ellos, en busca del General Manuel Noriega, quien tenía al país bajo una dictadura militar.
Las narraciones de algunas familias que estuvieron en medio del fuego enemigo, desarmadas e inocentes, es tal vez lo más desgarrador. Dudo que estas hayan sido limitadas por algún guión cinematográfico, ya que dichas historias, son narradas con una descriptiva impresionante.
Benaim explora los tiempos desde el inicio de la invasión, hasta la cantidad incontables de fallecidos en dicha intervención. Uno de los relatos mas impresionantes cuenta como un ser misterioso desprendió las páginas de los nombres de los fallecidos encontrados en las calles. A raíz de ese hecho, nunca se ha sabido con exactitud cuántas muertes se produjeron allí.
Otra de las increíbles secuencias explica como aún a la fecha, existe cierta ignorancia acerca del hecho. La nueva generación, nacida post invasión no conoce acerca de esta y de lo importante que fue para la historia de Panamá, o por otro lado, aún existen personas que apoyaron la invasión y todavía la apoyan, incluso otros, que añoran la época en la que Noriega era el presidente.
“Invasión” es una invitación al conocimiento. Creo que nosotros como latinoamericanos necesitamos conocer más de estas historias, las cuales fueron manchadas por sangre, por violencia y por la mas vil de las injusticias. “Invasión” no solo fue hecha para los panameños, sino para todo el que crea en que los pueblos deben conocer su historia para no repetirla.
