Uno de los tópicos menos explorados en el cine, es la Amistad masculina. Es en serio, y aunque hemos visto el tema dentro de historias en películas, o hemos vistos cómo esta amistad existe, pero entre adolescentes o niños, ¿cuántas veces hemos visto historias donde este tema está siendo desarrollado entre adultos?, y más aun, si uno de estos adultos está a punto de morir.
El pasado de estos no importa, cuando ves la química que existe entre Javier Cámara y Ricardo Darin. Puedes comenzar a indagar qué ocurrió entre ellos, pero te aseguro que no importa.
Julián (Ricardo Darin) está muriendo de cáncer, solo le quedan unas semanas de vida. En esta situación recibe la visita de Tomás (Javier Cámara), amigo inseparable de este, el cual no veía desde hace años. Juntos y acompañados de Truman, el perro de Julián, tendrán que sacarle el máximo provecho a los 4 días de vacaciones que tiene Tomás.
Esta película tiene todos los elementos para parecer un drama lacrimógeno, pero no es así. La película se basa en la amistad, en esa amistad que sin importar la distancia y estilos de vida, se mantiene, amistad que es presentada de manera magistral por dos de los mejores actores latinos de esta generación, los ya mencionados Javier Cámara y Ricardo Darin.
Darin, más apreciado por estos lugares por los proyectos en los que se ve envuelto, no transforma a Julián en un héroe o mártir que está a punto de morir, mas sin embargo, crea un personaje humano, que disfruta de sus errores con simpatía y agrado, rasgos conocidos en la filmográfica de Darin.
Javier Cámara apela a la sobriedad, al personaje que siempre hace lo correcto, que podría representar lo opuesto a su amigo, pero que al final y sin mediar, demuestra que su humanidad es más fuerte que cualquier idea o prejuicio.
Cest Gay, director de la película, apela a las historias y personajes pequeños como lo hizo en “Una pistola en cada mano”, historias corales que ponen a flor de piel la naturaleza humana.
“Truman” es una buena película, que se basa netamente en las magníficas interpretaciones y hábiles diálogos, pero con un sentido de predictibilidad que desagrada.