El término “Sicario” es pobremente empleado en la nueva película de Denis Villeneuve, y es que estoy casi seguro que dicho nombre le fue dado a la película por puro valor de mercadeo, no más.
La palabra “Sicario”, como bien explica la película, viene desde la antigua Roma. Esta era la daga que se utilizaba debajo de las túnicas para asesinar. Pero en estos tiempos, y más aun en Latinoamérica, dicha palabra se refiere a asesinos a sueldos con muy poca experiencia, pero que utilizando armas de fuego o armas punzantes cumplían con un encargo.
El personaje de Benicio del Toro en esta nueva película dicta mucho del significado conocido, pero no le resta calidad a su interpretación o a la película.
Kate Macer (Emily Blunt) es un agente de la DEA que se encarga de perseguir y apresar narcotraficantes. Durante una redada hacen un macabro hallazgo, el cual será el hilo conductor hacia la cabeza de uno de los carteles más peligrosos. Es así como es contratada por un comando, liderado por Matt Graver (Josh Brolin), para acabar con dicho cartel. Uno de los que forman dicho equipo es Alejandro (Benicio del Toro), personaje misterioso que mientras la película transcurra, descubriremos su propósito dentro del grupo, ya que su profesión es revelada desde el titulo de la cinta.
El punto más alto de la película, amén de las soberbias actuaciones de Del Toro y Blunt, es el manejo “tensional” del director Villeneuve. Muchas de las maravillosas secuencias fotografiadas por el maestro Deakings, crean una sensación de ansiedad en el espectador que es digna de respetar.
Secuencias de persecuciones y tiroteos pasan de ser simples herramientas del cine de acción, a realmente secuencias magistrales donde, como mencioné, la incertidumbre acerca de lo que va a ocurrir es el punto memorable.
La batalla actoral entre Del Toro y Blunt es maravillosa. Muchos momentos compartidos hacen que cada uno de ellos sean apreciables, amén de que sus personajes caen en lo conocido: ella la policía con valores y que siempre hará y hace lo correcto, y el como el asesino frío y calculador que siempre está al acecho. Y no piensen que son enemigos, son aliados con intereses opuestos.
El punto bajo de la cinta es el guión, con personajes y situaciones conocidas. Salvado solo por sus actores, la película presenta una serie en donde el ‘’sin sentido’’ y el ‘’absurdo posible’’ se hace presente (el caso del policía que no quiere estar y sin embargo sin razón alguna se queda). Los ‘’por qué’’ y los “para qué” ocurren las cosas, de momentos son obviadas por el director Villeneuve y el guionista Taylor Sheridan (Sons of Anarchy).
“Sicario” es una muy buena película, apoyada por el morbo y por el camino fácil, pero sin dejar de lado su calidad en cuanto a producción, actuación y varios momentos en su dirección.