El solo hecho de presentar a la Montaña más alta del mundo, una historia basada en hechos reales, una constelación de muy buenos actores y unos tráilers que anuncian una posible historia de supervivencia, es formula suficiente para llamar la atención de la mayoría del público. Nosotros como público, no sé si por pura identificación personal o morbo, nos sentimos atraídos a este tipo de historias, y Hollywood lo sabe.
Podríamos hacer memoria, muchas de las películas contadas en montañas están dentro del género de acción. Recuerdo con agrado la famosa película con Sylvester Stallone “Cliffhanger” del director finlandés Renny Harlin, o el drama “Alive” (del mismo año que la anterior) donde un grupo de jóvenes uruguayos, jugadores de Rugby, después de un accidente en los Alpes luchan por sobrevivir. Llegando a fechas más recientes “Vertical Limit” de Martin Campbell, donde el joven Chris O’Donnel debe rescatar a su hermana perdida en una montaña hostil. En todas las anteriores, dicha montaña era el escenario o excusa para contar dichas historias, todas son un gran espectáculo visual. En “Everest” ese espectáculo visual está presente, pero dicha montaña deja de ser el escenario y se convierte en la causa, ahí radica su superioridad en frente a las demás.
Y es que “Everest” es netamente un drama, un gran drama con gran presupuesto y grandes actores. Es decir, es una gran producción al estilo clásico de Hollywood, en la cual no hay héroes o villanos. A veces es necesario ese descanso emocional, en donde el espectador debe tomar bandos a la hora de ver una película. Es cansón por momentos esa indecisión moral que la mayoría de las películas de estos tiempos presentan. Aquí, dichas cuestiones morales van al suelo, ya que es una historia humana de supervivencia, no solo física, sino emocional.
Pero Hollywood no es tonto. La constelación de estrellas presentadas en la película está justificada, pero viene con valores agregados. Los actores con mas nombre pasan a un segundo plano. Ninguna de las estrellas (a excepción de Josh Brolin) tienen mucho protagonismo en esta cinta, algo que a mi entender, le suma calidad.
El director Baltazar Kormakur es uno de estos directores llamados “artesanos”: no va a sumar nada a tu película, pero sabe poner las piezas donde van para hacerla funcionar. Le podemos sumar a esto una calidad narrativa efectiva, donde vemos a un protagonista en Jason Clarke (como Rob Hall) pero este personaje es necesario en este tipo de historias, es el líder del grupo mas no es el héroe, y como mencioné, no hay héroes en la historia. Los secundarios son los que llevan la carga emocional mas fuerte dentro de la historia: Emily Watson, Robin Wright, Kiera Knightley, Josh Brolin, Jake Gyllenhaal y Sam Worthington tienen una química que funciona de maravilla, personajes cortos pero contundentes, muy bien manejados por el director Kormakur.
Kormarkur viene de una industria poco conocida (Islandia) pero formado como actor en la academia nacional de artes de dicho país. Luego, a causa de la escasez de directores allí, se pasa al otro lado de las cámaras, es decir, aunque llegó a Hollywood de la mano de Mark Walberg (‘’2 guns y Contraband’’) es un artista con formación y conocimiento de la narrativa cinematográfica.
No crean que verán una película de aventuras, en donde las tragedias y muertes con secuencias maravillosas de acción ocurrirán, o esos momentos en que creen que todo está perdido y llegará el héroe a salvar el día y así complacer al público y vengan la lluvia de aplausos. Lamento decepcionarles, verán netamente cine, verán una muy buena película, cargada de extraordinarios efectos visuales y de sonido, cargada de muy buenas actuaciones y sobre todo, una película cargada de una historia humana, en donde la supervivencia a pesar de heroísmos, de momentos puede parecer egoísta, y no está mal visto.