¿Qué pasa cuando eres un perro agresivo y la única persona que pude controlarte no está? Cualquier respuesta que te venga a la mente es más que correcta. No solo explicarías la naturaleza de Billy Hope en “Southpaw” (la nueva película de Antoine Fuqua), sino que por alguna extraña razón vas a conocer el desenlace.
Y es que para empezar, el factor sorpresa en el cine de hoy en día es casi inexistente. En los trailers, podemos ver la naturaleza del personaje, su familia, sus enemigos y el motivo que lo llevará a una espiral de autodestrucción. Pero sin olvidar que al final siempre hay una esperanza y algo por la cual el personaje debe luchar.
Es una historia de trasfondo cursi y con personajes y situaciones realmente pobres y repetidas. La vida de Billy Hope la vas a conocer en los 2 minutos del tráiler, no más, no menos.
Billy Hope (Jake Gyllenhaal) es un boxeador invito, peleando desde muy joven con un estilo parecido al estúpido estilo de Rocky Balboa (absorber los golpes con su rostro). Es un joven que solo conoce el boxeo como modo de vida, creció en las calles, con una personalidad agresiva que saca en su máxima expresión cuando está en el ring. Dicha energía violenta solo es calmada y sabiamente manejada por su esposa Maureen (Rachel McAdams). Ella no solo controla el temperamento de Billy, sino cada mínimo detalle de su vida, es decir, todo. Luego de una pelea, donde Billy es golpeado salvajemente, ella le pide que esta sea su última, ya que quiere que le ayude con la crianza de Leila (Oona Laurence) su única hija. Pero un suceso cambiara dichos planes.
Cuando les digo que no hay sorpresas, se los digo en serio, y de alguna forma los realizadores sabían que ellos tenían en sus manos un producto corriente y sin valor alguno, pero también, este proyecto se supo como mercadear.
Lo primero que se habló fue de la transformación física de Jake Gyllenhaal. Esta fue la primera piedra de dicho mercadeo, algo realmente sin valor ya que Jake siempre ha estado en forma, y si vas a interpretar a un boxeador, creo que dicha transformación es parte del personaje que vas a presentar, por lo que no le veo ningún valor mercadológico ni cinematográfico.
Y no es que Gyllenhaal este mal, el es lo mejor de película. Esta fuerza interpretativa que de momento se ve forzada, pero que carga por más de dos horas con un estilo que cambia los tonos, es digno de admirar. Pero no esperábamos mas del Sr. Gyllenhaal, que sin dudas es uno de los mejores actores de esta generación. Su interpretación de Billy Hope, puede rayar en lo sobreactuado, pero no deja de tener valor.
El problema resulta en el equipo detrás. El director Fuqua, con “Southpaw” ,ha intentado meterse a hacer un cine serio, pero es algo cuesta arriba para un director que ha enfocado su carrera en hacer cine mediocre de acción, basándose netamente en nombres y explosiones, en películas con poco valor artístico. Enfocándose claramente en lo que pide el mercado del momento, “Southpaw” es un resultado a la demanda, una película que pasara sin pena ni gloria por el desfile de películas que vemos anualmente.
Tratando de emular ciertas tomas de la obra maestro de Martin Scorsese “Raging Bull”, esta película queda corta a la hora de ejecutar y despertar emoción e interés en una pobre y común historia escrita por Kurt Sutter (Sons of Anarchy). Y donde esta la falla es en querer escribir la historia de este famoso, que lo pierde todo de una manera inexplicable, cae en lo más profundo y se levanta como un héroe, es algo que se cuenta todos los meses en el cine, solo con diferente nombre, actores y director.
“Southpaw” es una mediocre película, salvada por la buena actuación de Jake Gyllenhaal y la niña Oona Laurence, con pocas buenas secuencias y uno que otro acierto de James Horner en sus partituras. No creo que vayamos hablar mucho después de “Southpaw”, para ser el tipo de cine que complace al público, deja muchas ganas a medias.