Antes de ver “Trainwreck” conocía muy poco de Amy Schumer, todo lo opuesto a mis conocimientos acerca del director Judd Apatow, que desde su debut con “The 40 Year Old Virgin” ha marcado un estilo en comedias modernas usando una entremezcla de situaciones cómicas, basadas en personajes reales, extraños personajes aparentemente sacados de la vida misma.
Amy Shumer escribe y protagoniza esta comedia. De momento, piensas que estás viendo una serie de sketch adecuados a situaciones, es decir, cada escena es una pequeña historia dentro de la película que bien pudiesen ser parte de cualquier Stand Up Comedy. Los diálogos, personajes y situaciones podrían ser historias contadas a tus oídos por algún amigo chismoso, pero cada una de dichas historias son extremadamente graciosas.
Amy es una mujer independiente, no cree en compromisos y tiene la estima de tratar a los hombres como objetos. Diría que mas que tratarlos como objetos, le da poca importancia a mantener una relación. Trabaja para una revista masculina que publica artículos de mayoría con contenido sexual. En una de sus asignaciones, puesta por su jefa Dianna (Tilda Swinton), debe hacerle una entrevista al Dr. Aaron Conners, médico de moda entre los atletas de alto rendimiento. Todo se complica, cuando Amy y Aaron comienzan una relación.
Lo sorprendente de esta historia, algo sencilla y conocida, es la misma Amy Shumer, ella no solo hace reír tan solo con su presencia, sino que su actuación es increíble. Ella navega entre el mar de risas y drama de una manera impresionante. Estén atentos a la memorable secuencia del funeral, sencillamente exquisita.
Pero no solo ella brilla, sino los deportistas invitados. Lebron James y John Cena tienen momentos realmente gracioso y bien manejados por el director Apatow, que sabe cómo mostrar con dosis equilibradas, las limitadas habilidades histriónicas de dichos atletas.
Apatow nos regala su mejor trabajo con “Trainwreck”. El director que había tenido problemas con los metrajes de sus cintas, en esta ocasión si sabe dónde va y sabe qué contar. No quiero decir que sus trabajos anteriores sean mediocres. Las mencionadas “40 years old virgin”, “Funny People”, “Knocked Up” y “This is 40”, cada una en su forma, tienen una gracia particular. Mezclando la comedia con personajes tristes y situaciones comunes, el director se alimenta de sus propias vivencias.
“Trainwreck” es fenomenal, una comedia fresca, bien actuada y con una dirección correcta. Las situaciones graciosas van de la mano con una coherente narración y personajes que si evolucionan, aunque con un final cliché y cursi, la película no deja de tener gracia y calidad.