Una de las tareas mas difíciles en el cine es tal vez la de crear un documental. Menciono la palabra difícil, porque el documental se alimenta, en su mayoría, de la vida misma. Bebe y se alimenta de esa fuente, y esto puede jugar a tu favor o hacerte daño. Y cuando menciono daño, no digo que sea perjudicial a la hora de presentar dicho proyecto, pero te puede facilitar algunas tomas y algunas situaciones. La vida está llena de drama y comedia, dos de los géneros que al público le gusta y que fácilmente puede sentirse identificado, y más cuando estas contado la historia de alguien reconocido, hay muchas cosas que pueden jugar a tu favor.
Si estas utilizando como personaje a un cantante que viene de un país en conflicto, el interés del público seria el triple, sobre todo cuando dicho cantante escribe canciones que narran la realidad de la de muchos dentro de un régimen político. Todas estas situaciones dan para contar, no solo uno, sino varios documentales alrededor, pero el director Ron Chapman, aprovecha todo esto y se va por lo fácil.
¿Por qué digo fácil? En su documental “El Poeta de la Habana” retrata parte de la historia de Carlos Varela, cantautor cubano que marcó a toda una generación por sus letras de protestas y de alguna forma ir en contra de la corriente. Chapman se basa netamente en entrevistas y un concierto para narrar de forma aburrida, un interesante material.
Lo que no me gusta de dicho documental no es la historia en si del cantante, o cuanto enfatizaron en su nacionalidad. Lo que no me gustó es la narrativa empleada por el director que, como mencioné, no tiene claro que va a contar: o cuentas el concierto aniversario, o cuentas las opiniones de los demás y partes de ahí a contar tu historia, o usas el personaje de Carlos Varela para hacer un resumen de lo que fue esa época en la historia musical cubana o de una vez por todas, cuentas las historias detrás de las canciones. El problema es que Chapman, quiso contar todo, y al final no contó nada.
Un documental flojo, que se apoya básicamente en el carisma de sus entrevistados y su personaje, que mas que un documental con valor histórico, lo pude ver como un documental musical que toca pinceladas de un gran músico y una que otra anécdotas de su vida. Es un resultado que se queda en la superficie y que por no querer despertar miedos o controversias, se queda en la orilla de la playa y apenas se moja los pies.
Una lástima que se no pudo apreciar la esencia misma de un artista que claramente tiene mucho más que contar, una historia de fondo y prohibiciones que se licuan en medio de entrevistas y comentarios incensarios. “El Poeta de la Habana” no pudo contar con sus palabras su verdadera historia, sino que pasa por un colador y solo vemos las partes fáciles y agradables de una realidad más oscura e interesante.