El tema de relaciones de pareja se ha debatido mucho en el cine, es de ahí donde principalmente el drama y la comedia se alimenta. Dichas relaciones a veces suelen ser también de familia o 
amigos, pero el tema de parejas es el más explotado en el cine y literatura, con clara explicación.
No es una larga explicación, es más fácil explicarlo como identificación, ya que todos quieren un “amor de película”, o de alguna forma sueñan o fantasean con dichos momentos o situaciones sacada de una que otra película. En mi opinión, esa fácil chispa que dicho género enciende en el publico es lo que le ha dado resultado.
En “Love is Strange” vemos todos los tipos de relaciones más arriba mencionados, tratados y contados de una manera muy particular. Dicha particularidad es generada por sus personajes.
Ben y George (Alfred Molina y John Lithgow) son una pareja que ya tienen bastante tiempo juntos, y de una manera independiente han sabido llevar una relación armoniosa y basada en independencia y la familia. Un buen día deciden casarse de manera formal. Esa decisión va cambiar sus vidas para siempre.
Lo que llama la atención de esta película es el extremo cuidado de la creación de personajes, amén de las magníficas interpretaciones de sus protagonistas. Pero como mencioné, es una cátedra perfecta de cómo analizar e interpretar la psiquis de nosotros como seres humanos. Como seres independientes, los personajes se ven y se manejan de una manera perfecta, hasta que esta dependencia se ve afectada, y no solo afectada, sino obligada a tener que adaptarse a la vida de la gente que te rodea, dicha gente que te ama y te adora, siempre y cuando estés lejos. Suena cruel, pero en algunos momentos nos manejamos de esa manera.
“Love is Strange” es un perfecto estudio psicológico moderno de todas las relaciones, y de cómo la dependencia emocional y física, puede volverse interdependencia. Para alguno esto suena a terror, también para nuestros personajes.
La película cuenta con un guión claramente perfecto, llevado a la pantalla por grandes actores, apoyados por un gran elenco de secundarios: Marisa Tomei, Manny Pérez y Charlie Tahan.
La dirección efectiva de Ian Sachs, amante a este tipo de historias (Married Life, Keep the lights on), cuenta su versión del amor, con un ritmo pausado y contundente.
“Love is Strange” es una magnifica e obviada película, tal vez por génesis de bajo presupuesto y poca distribución. Pero un ejemplo más que nos recuerda que la calidad no está en lo que cuesta, sino en lo que cuentas.
