Hannes (Florian David Fitz) y sus amigos tienen por costumbre todos los años un viaje en bicicleta hacia un lugar de Europa, pero esta vez el viaje será diferente, será el último viaje de Hannes. Hannes ha sido diagnosticado con la enfermedad de Lou Gehrig, y está ya en sus últimas etapa, el junto a su esposa Kiki (Julia Koschitz) han decidió ir a Bélgica para cometer suicidio voluntario.
La película navega entre el drama y la comedia sin elegir bandos, y creo que es la mejor elección que tomo el director Christian Zuebert, ya que con un propósito claro de no contar una comedia negra, elige los momentos cómicos a cuenta gotas.
Si, la película tiene unas muy buenas actuaciones del equipo de actores, el cine alemán no falla en ese sentido, pero lleva la historia con toques más que sensibles, muy dulzones, poniendo a todos los personajes en situaciones motivacionales y enfocándose poco en el motivo del viaje y en la devastadora evolución de esta enfermedad.
Me dio un aire de “The Big Chill” aquella película ochentera dirigida por Lawrence Kasdan, donde un grupo de amigos se reúnen en una casa de campo luego del funeral de uno del grupo, podríamos decir lo mismo para “Tour de Force” pero contada al revés.
El hecho de contar este tipo de historias es caer en la manipulación burda hacia el publico que rápida y fácilmente de enamora de sus personajes y claro, sigue los pasos hasta el fatal desenlace.
“Tour de Force” no es una mala película, pero si un mediocre y manipulador drama que claro está, gustara a la mayoría del público ya que fue concebida con ese claro propósito.
