Ya vemos la violencia como algo normal. Recuerdo que cuando crecía, me era restricto muchas cosas donde la violencia y los desnudos estuvieran presente, incluso películas de terror estaban 
restringidas. Obviamente esto me causaba morbo.
El problema era que esa época tenía muy pocas opciones para tener acceso a dicho material. El cine tenia control de los niños y adolescentes, la televisión estaba menos amarillistas y los noticieros no eran tan abundantes como ahora. Las redes sociales eran inexistentes, ni decir del acceso a internet y mucho menos la existencia de teléfonos móviles. La sociedad donde crecía condenaba cualquier acto de violencia sin importar el tipo de esta, y con menos corazón, la gente la filmaba y la compartía como modo de entretenimiento, y ni decir de la música, la invitación al sexo y a la misma violencia para lograr status estaba estrictamente ligada a los negros cantantes de rap, y todos sabíamos que era ficción. Yo al menos, tenía claro que todo eso era falso, aunque en MTV te lo querían vender como estilo de vida. Eso fue apenas 15 años atrás.
No digo que el acceso a la violencia sea obligatorio, pero al verlo como algo normal, algo que todos vemos pero nunca creemos que podríamos ser protagonistas, cada vez se nos hace más real, y eso asusta. Asusta el hecho de que cualquier giro, cualquier decisión en cualquier día, pueda traer desgracias e incluso muerte. Sin seguir con la lección de moral, Michael Haneke plasmó las consecuencias del consumo de violencia en exceso y a corta edad en “Benny’s Video”. En un futuro no distante, Kubrick nos narró como sería una muy buena terapia en la “Naranja Mecánica”, o como la violencia es necesaria para traer equilibrio en “The Purge”. La violencia también puede ser graciosa, sino eres tu el protagonista.
Damián Szifron, director y guionista de “Relatos Salvajes”, plasma en 6 extraordinarios cortometrajes distintas reacciones a esta violencia, desde la violencia como forma de venganza, violencia como forma de pago, violencia como forma de reacción, violencia como reacción pura e innata, al final es violencia, sin excusas y graciosa. Es lo que más llama la violencia como comedia, estos actos de violencia que todos llegamos a tener o pensar, son plasmados de una forma elegante y contundente por el director Szifron. Claro está, apoyado por extraordinario grupo de actores.
Szifron, con vasta experiencia en historias cortas, fue guionista y director de muchos episodios de la gran serie “Los Simuladores” de factura argentina. Allí vemos como con gracia y estilo los problemas son resueltos por este grupo de “empresarios”.
Lo maravilloso de “Relatos Salvajes” , amen de su dirección y actuaciones, es la capacidad de identificación con aunque sea una de sus historias por parte del público.
Pero no olvidemos que de nada vale tener una gran historia sin un buen equipo de intérpretes. Es difícil elegir entre todas las grandes actuaciones de las historias, pero Érica Rivas como la novia despechada es sin lugar a dudas uno de de los puntos más altos de la cinta.
Un detalle más que impresionante e importante es la música del maestro Gustavo Santaolalla, creando unas partituras magistrales que marcan con fuego las decisiones de nuestros personajes.
Sin lugar a dudas, “Relatos Salvajes” es de lo mejor del cine del 2014, presentado con existo en el pasado festival de Cannes, y película que dio apertura al Miami Dade Miami Film Festival en dicha ciudad.
“Relatos Salvajes” viene a confirmar que el cine latino es grandemente marcado por sus personajes más que por sus premios y presupuestos.
