Muchas de las historias del cine de terror que vemos en estos días son mezclas de varias películas. “Oculus” no es la excepción, donde vemos la puesta de objeto maldito y un grupo de personas que quieren venganza del mismo. Ya hemos visto esto, en algunos ejemplos, el espejo es una casa (Poltergeist), un lugar (Evil Dead) e incluso partes de tu cuerpo (Iddle Hands).
Algo que si llama la atención en “Oculus” es su edición, un buen manejo de efectos visuales y la dirección. Estos tres detalles hacen que esta película saque unos cuantos sustos.
Kaylie (Karen Gillan) y Tim ( Brenton Thwaites) son dos hermanos que vuelven a la casa donde crecieron para buscar venganza de un espejo, que según ellos, asesinó y torturó a sus padres. Ellos, ayudados ahora con la mejor tecnología en el mercado, deciden destruir con evidencia al ser maligno que está en dicho espejo. Al parecer ellos no conocen el dicho de “El diablo no sabe por diablo sino por viejo”.
Opera prima de Mike Flanagan, quien basándose en el cortometraje dirigido por él mismo y del mismo nombre, crea una muy buena puesta en escena en una sola locación, con pocos actores e interesante plot. Podemos ver una innegable la influencia de películas como “Solaris” o “The Shining”.
Película de corte independiente que hace su debut en el festival de cine de Toronto, y que al salir de ahí despierta mucha curiosidad por las favorables criticas allí recibidas. Esta se convierte en la película que antecede en taquilla durante su fin de semana a “Capitan America : El Soldado de Invierno” y “Rio 2”.
“Oculus” funciona. Si eres amante del género, vas a disfrutar unos buenos momentos algo espeluznantes, una muy buena edición y un muy buen uso de efectos visuales.