El año pasado, el mexicano Alfonso Cuarón se convertía, al obtener siete estatuillas con Gravity —incluida la de mejor director—, en uno de los grandes triunfadores de la gala de los Oscar. Este fin de semana, su compatriota Alejandro González Iñárritu volvía a poner acento mexicano a la fiesta más glamurosa del cine gracias a Birdman (o la inesperada virtud de la ignorancia), elegida mejor película del año. «¿Quién le dio la tarjeta verde (green card) a este hijo de puta?», dijo Sean Penn justo antes de anunciar el galardón más esperado.
Iñárritu le compró la invitación reivindicativa: «Se lo dedico a mis compañeros mexicanos, rezo para que podamos conseguir el gobierno que nos merecemos, y a los que están en este país (EE UU) rezo por que les traten igual de bien que a aquellos que vinieron antes y construyeron esta increíble nación de inmigrantes». No es el único premio que ha obtenido Birdman. Aunque los galardones han estado muy repartidos, la cinta de Iñárritu ha arañado tres estatuillas más, una para él como director, otra en la categoría de mejor guión original y una última como reconocimiento a su fotografía. Este ha ido a parar a las manos del también mexicano Emmanuel Lubezki, quien puede presumir de revalidar su título, puesto que ya obtuvo este mismo Oscar el año pasado por Gravity. El mexicano Emmanuel Lubezki ha conseguido el Oscar a mejor fotografía dos años consecutivos, por ‘Gravity’ y por ‘Birdman’Cinco veces más estuvo a punto de conseguirlo Lubezki en el pasado gracias a su trabajo en La princesita (1995), Sleepy Hollow (1999), El nuevo mundo (2005), la cinta de Cuarón Hijos de los hombres (2006) y El árbol de la vida (2012), pero en esas ocasiones tuvo que conformarse con la nominación. Tanto Iñárritu como Cuarón parecen bendecidos con el don del talento hollywoodiense aderezado con un toque de sensibilidad hispana que hace que sus trabajos resulten diferentes y llamativos dentro de la desgastada y repetitiva meca del cine.
El primero ha logrado que todos sus largometrajes —cinco hasta el momento— hayan obtenido el beneplácito del público y de la crítica. Aunque hasta ahora no había obtenido ningún Oscar, todas sus cintas han tenido alguna nominación a los Oscar: Amores perros (mejor película en lengua no inglesa), 21 gramos (mejor actriz y mejor actor de reparto), Babel (mejor película y mejor director) y Biutiful (mejor película extranjera). Por su parte, Alfonso Cuarón rozó el Oscar con Y tu mamá también (mejor guión original) e Hijos de los hombres (mejor guión adaptado y mejor montaje). Además, su buena consideración dentro de la industria le permitió ponerse al frente de una de las entregas de la adaptación cinematográfica de las aventuras de Harry Potter, El prisionero de Azkaban. Otro director mexicano que se mueve en Hollywood como pez en el agua es Guillermo del Toro, quien tuvo un escarceo con el señor Oscar gracias a la producción hispano-mexicana El laberinto del Fauno. La cinta obtuvo seis nominaciones, incluida una a mejor película de habla no inglesa, pero tuvo que conformarse con tres (fotografía, dirección artística y maquillaje). Sin embargo, a Del Toro no parecen hacerle falta estatuillas para ser considerado un triunfador. Ya lo es, cada año, la cartelera se llena de superproducciones en las que el mexicano ejerce de director, guionista y/o productor (Hellboy, Mamá, Pacific Rim, El libro de la vida…).
El año pasado, Lupita Nyong’o —mexicana de ascendencia keniata— obtuvo el Oscar a mejor actriz de reparto por ’12 años de esclavitud’. Su compatriota Carlos Carrera logró una nominación a los Oscar en 2002 en la categoría de mejor película extranjera por la película El crimen del padre Amaro. Pero el triunfo mexicano no es sólo cosa de directores. En interpretación también hay hitos destacados. No hace falta retroceder mucho en el tiempo. El año pasado, Lupita Nyong’o —mexicana de ascendencia keniata que cuenta con la doble nacionalidad— obtuvo el Oscar a mejor actriz de reparto por la muy premiada 12 años de esclavitud. Otra mexicana, Adriana Barraza, optó a ese mismo premio unos años antes, en 2006, por Babel, aunque perdió ante Jennifer Hudson (Dreamgirls). Tampoco tuvo suerte Salma Hayek en 2002, cuando compitió por el Oscar a mejor actriz gracias a su papel en Frida. En las categorías masculinas, el candidato mexicano más reciente fue Demián Bichir, quien luchó por el Oscar a mejor actor por A Better Life (Una vida mejor). Para encontrar al gran triunfador de esta categoria hay que remontarse bastantes décadas, hasta los años 50 y 60, cuando Anthony Quinn obtuvo cuatro nominaciones y dos triunfos. Brillo hispano en la meca del cine Aunque México parece tener un especial vínculo con Hollywood, el resto del mundo hispano también encuentra cada vez más hueco allí. este mismo año, la argentina Relatos salvajes se ha situado como una de las películas favoritas en la categoría destinada a las producciones de habla no inglesa. Ha perdido frente a la polaca Ida, pero antes ya había ganado buena prensa en medio mundo y un buen puñado de premios internacionales, incluido el Goya a mejor película hispanoamericana.
Sí triunfaron los argentinos en la edición de los Oscar de 2009, donde la estatuilla fue a parar a manos de Juan José Campanella y El secreto de sus ojos. España también logra colarse regularmente en la alfombra roja, no sólo gracias a estrellas como Antonio Banderas sino mediante nominaciones e incluso victorias. El último español afortunado en ganar el Oscar a mejor película de habla no inglesa fue Alejandro Amenábar en 2004 gracias a Mar adentro. Antes que él, ya habían ganado esa estatuilla Pedro Almodóvar con Todo sobre mi madre (1999), Fernando Trueba con Belle Époque (1993) y José Luis Garci con Volver a empezar (1982). En 2011, Fernando Trueba y Javier Mariscal optaron al Oscar a mejor película de animación con ‘Chico y Rita’ Pero no son pocas las veces que España ha logrado colarse en los premios a través de otras categorías. En 2011, Fernando Trueba y Javier Mariscal optaron al Oscar a mejor película de animación con Chico y Rita, Javier Fesser y Borja Cobeaga compitieron en 2006 en el apartado de mejor cortometraje, Pedro Almodóvar compitió como mejor director en 2003 por Hable con ella y obtuvo por ese mismo filme el Oscar a mejor guión original…
Uno de los triunfos españoles más recordados es el de Javier Bardem en 2008, cuando alzó el Oscar a mejor actor de reparto por No es país para viejos. Sólo un año después, su novia, Penélope Cruz, se hacía con el Oscar a mejor actriz de reparto gracias a su papel en la cinta de Woody Allen Vicky Cristina Barcelona. No son los únicos tonteos de la pareja con las estatuillas doradas. Bardem ya había sido nominado como mejor actor en el año 2000 por Antes que anochezca, Penélope Cruz lo había sido por volver en 2006 y volvió a ser candidata en 2010 por Nine.
Via: 20 minutos