Muchos sostienen que en el cine todo está hecho y que la reinvención es la clave para ser “original” en días donde este arte es cada vez más, igual que casi todo, global. Con su opera prima Código Paz, el director Pedro Urrutia, trata de, en
buen dominicano, aplatanar uno de los géneros más populares y exitosos en la historia del séptimo arte, el cine de acción. Con un guion co-escrito por él y Luis Arambilet, nos traen la historia de Pedro Ruiz (David Maler), un agente inmobiliario residente en un barrio de Santo Domingo, quien al querer escalar desesperadamente de posición económica, se ha dedicado a la actividad extracurricular de saquear las casas que vende. En el proceso de uno de estos robos se complica el escenario, lo que se desencadena la trama y conflictos habituales en películas de este tipo.
El western se considera uno de los precursores de la acción que conocemos hoy en el cine comercial y a propósito de esto, quisiera continuar con la reseña analizándola figurativamente en paralelo con el título de uno de los más conocidos que existe, el spaghetti western por excelencia: El Bueno, El Malo y El Feo del gran Sergio Leone.
Lo bueno
La experiencia de dirigir algunos videos de artistas urbanos nacionales, le dieron a Pedro Urrutia cierta comodidad en la cámara y a pesar de algunos altibajos, la dirección es de lo mejor que tiene la cinta, en conjunto con la edición del propio Urrutia y José Delio Ares, además de la correcta fotografía de Lukasz Pruchnik crean algunas secuencias interesantes y de buen nivel técnico, como la persecución que se produce dentro de los callejones del barrio.
Salvo una excepción, las actuaciones a groso modo son consistentes y bien logradas, nadie se destaca sobremanera, mas, David Maler, Nashla Bogaert, Héctor Aníbal, Isaac Saviñón “Panky”, Deyvy de León, Iván Aybar, José Guillermo Cortines, María Angélica Ureña, Canek Denis y Félix Germán lideran y crean un trabajo de elenco digno. Punto a favor en el panorama nacional, ya que es de común notoriedad en nuestro cine, encontrar contrastes fuertes en materia actoral. Mención especial para los efectos especiales, a pesar de que el uso no es el idóneo siempre, el equipo logró trazar parámetros atractivos sobre lo que visualmente se puede lograr a nivel local.
Lo malo
Como cita el famoso dicho, no se le pueden pedir peras al olmo. El género de acción nació y siempre ha sido un producto con la finalidad de ser masivo y popular. Las excepciones dentro del mismo, son las películas que se aventuran y salen de la zona de confort, al crear guiones arriesgados con personajes interesantes con la capacidad de transcender en el tiempo. En Código Paz no hay riesgos, El guion presentado arrastra los mismos problemas que cualquier gran blockbuster hollywoodense. Personajes acartonados (Nadie es bueno o aparenta serlo), escenas forzadas (Colocadas para fines específicos innecesarios), resoluciones fáciles, etc. En esta, de manera particular, también se agregan referencias claras a videojuegos populares e historias de venganza al estilo más “asiático”, donde importa más la sangre o cantidad de tiros que se disparen, que la fragilidad emocional o la pérdida de un personaje importante en escena. Tiros, que llegan a tal protagonismo de opacar el atractivo visual de los efectos a los que me referí como bien logrados, por el cargado y excesivo uso del conocido slow motion (Cámara lenta) en varias escenas. Ese “Efecto Matrix” ha sido un lastre difícil de borrar en el cine contemporáneo.
En cuanto a la excepción actoral mencionada con anterioridad, hablaba de Paula Ferry, quien en su debut como actriz y protagonista, no logra afincar lo suficiente a Paz, personaje cuya transición y transformación se traduce en una joven ambivalente que no resulta creíble al momento de dirigir a sus subalternos o encauzar la propia historia.
Lo feo
En ocasiones la puesta en escena del filme no logra acentuar situaciones y se nota la superficialidad con la que se enfrentan los conflictos. Destacar que a pesar del buen diseño de sonido, la musicalización se excede, en volumen y tipología sonora, creando en muchas ocasiones, una confusión auditiva y sensorial que puede llegar a abrumar al espectador. Por igual, entendería el extravagante guardarropa y estilo de los agentes/guardaespaldas de Fernando del Rosario (José Guillermo Cortines) si se tratara de un contexto cinematográfico diferente, sin embargo en este restan credibilidad y comprometen el aspecto realista que la cinta intenta plantear.
Al final, Código Paz, es un producto de aceptable manufactura que probablemente será un éxito comercial. Una película que se va por el inequívoco camino de la fórmula, tratando de incursionar en nuevos rumbos, no presentados anteriormente en el cine nacional. Incursiones, que posteriormente, esperemos tomen más prestado de lo que tenemos cerca y puedan así convertirse en referentes determinantes para el futuro cinematográfico de República Dominicana, no otro intento de parecer o repetir lo que tenemos en cartelera día por día.
Título original: Código Paz. Género: Thriller/Acción. Dirección: Pedro Urrutia. Guión: Luís Arambilet y Pedro Urrutia. Reparto: David Maler, Paula Ferry, Nashla Bogaert, Héctor Aníbal, Jose Guillermo Cortínes, Panky Savigñón, Deyvy de León, María Angélica Ureña, Félix Germán, Canek Denis, Ivan Aybar, Juan Carlos Fernández, El Alfa, Mozart La Para y el Secreto. Duración: 1 hora 36 minutos. Clasificación: + 12 años. País: República Dominicana