Esta vez fui engañado por Brett Ratner y su equipo de mercadeo cuando pensaba que iba a ver una versión profunda y entretenida de Hércules. Este personaje, que es tal vez el más conocido de la mitología griega, por sus múltiples adaptaciones y utilización en la cultura, pensé que iba a ser aprovechado de una manera más interesante. Creo que le pedía mucho al amigo Ratner.
Brett Ratner viene de la misma escuela de Michael Bay. Cuenta una historia superficial, con actores del momento, muchos efectos especiales y unas cuantas explosiones (no importa la época que sea), y tendrás un producto hecho para que el público gaste su dinero y su tiempo y al salir de la sala, salga anestesiado y no se haga preguntas acerca de lo que recién presencio. Es decir, crear lo fácil con mucho retorno.
Es que Hércules ni entretenida es. Sentí que estaba viendo una acumulación de películas y personajes ambientada en una época que nunca existió. Películas de menor ambición han tenido muchos mejores resultados y han llegado a las masas con mayor impacto, como por ejemplo ¨300¨ de Zack Snyder.
Luego me entero que esta adaptación de Hércules es basada en unos comics escritos por Steve Moore. Desconozco la esencia de las historias allí presentadas, pero si tienen el mismo sabor que esta película, honestamente paso.
Hércules, interpretado por Dwayne Johnson, es un mercenario (no el hijo de un Dios), que junto a su equipo de caza recompensas, hacen ¨Trabajos¨ por una buena bolsa de oro, mientras sus historias son infladamentes narradas por su sobrino. Así la leyenda de hércules va creciendo y a su vez creando fanáticos, y por supuesto enemigos. Esta es la trama con la que pretenden entretenerte al cabo de 90 minutos. Totalmente perdidos.
Debo confesar que me reí en varias ocasiones y en esos breves momentos desperté a la persona sentada detrás de mí, y en ambas ocasiones me dio una mirada asesina. Le pido disculpas desde aquí.
Hércules es un producto mediocre creado por un director mediocre, que con el fin de inflar su cuenta de banco, le preocupa poco lo que el público piense de su trabajo, siempre y cuando ya hayan pagado por ella.