Me gustó mucho “Una pistola en cada mano” no solo por los actores que están dentro de esta película, sino porque aquí se demuestra que no necesitas hacer grandes cosas dentro de una película para contar historias, solo necesitas un gran guion.
No quiero echar por lo menos las actuaciones, claro que son importantes, y aquí están espectaculares, pero cuando hablo del guion, hablo de la construcción de un personaje, -¿como un actor va a crear un personaje si no tiene uno?-, es casi imposible que si no tienes algo de donde partir puedas tener una gran actuación. Claro, hay excepciones en lo que los actores deben improvisar o el mismo director les da libertad creativa, pero en esta película cada personaje, cada historia, cada palabra es importante.
Algo que disfrute muchísimo de esta película, aparte de su dirección, es la naturalidad y frescura de todos sus actores, pareciera que los espectadores fuéramos testigos voyeristas de una conversación al azar en la calle o de alguna situación en un parque o entre una pareja divorciada o dos amigos que recuerdan sus momentos de tristeza. Actuar no es solo gritar en una toma o llorar como muchos creen, actuar es mentir, actuar es hacer creerle al público por instante de que eso que ve en una pantalla es real, si esto no fuera así, nadie pudiera llorar o reír viendo una película, el cine es una experiencia donde las emociones explotan.
Ricardo Darín, Luis Tosar, Javier Cámara, Leonor Watling, Eduardo Noriega, Leonardo Sbaraglia, Candela Peña, Eduard Fernández, Alberto San Juan, Cayetana Guillén Cuervo, Jordi Mollà, Clara Segura están excelentes cada uno dentro de su historia, es la prueba de que un gran casting casi siempre da una gran película (fíjense que dije “casi”). Candela Peña gana un premio Goya a actriz de reparto, en su momento lo discutí por mi simpatía con el personaje de Maria León en “Carmina o revienta” pero que luego de verla en esta película, la paz retorna a mí.
No me gustaría que lean sinopsis ni vean tráiler de esta película, les recomiendo que vayan como yo, sin influencias y sin alguna predisposición, creo que podrán disfrutar mejor esta película.
El director español Cesc Gay nos regala una correcta dirección, con un ritmo pausado y un manejo de la cámara adecuado. Tal vez algunos errores de continuidad puedan notarse para alguien que conozca, pero es de apreciar este trabajo.
Recomiendo “Una Pistola en Cada mano”, es una comedia fresca, haciendo algo de reverencia a las películas de Woody Allen, pero con un toque barcelonés universal.