Cuando decidí ver esta película, ya iba algo influenciado por la cantidad de buenos comentarios que había leído y escuchado acerca de la misma, pero creo que esos comentarios no le hicieron justicia, no solo a la película sino a mi falta de expectativa.
¨Pelo Malo¨ es de esas películas que nunca olvidaré, principalmente por su contundente final. Es una historia tan real, tan cotidiana y a la vez tan triste, que puede jugar con tus sentimientos.
Es la historia de Junior, un niño de 9 años de edad que tiene una obsesión con tener el pelo ¨Liso¨. Pero el ingenio de la directora Mariana Rondón no queda ahí. Ella sabiamente aprovecha el entorno donde este niño crece y le saca el mayor provecho a su historia. Desde la relación de Junior con su madre, hasta como él se relaciona con su realidad y amigos; de la relación de su madre con su trabajo y a su vez de como lidiar la crianza de un niño siendo madre soltera, pasando de cómo la sociedad la ve en este rol.
Hitchcock decía que no trabajaba ni con niños ni con animales, porque de alguna forma se salían de control. Pero Rondón demuestra que el maestro estaba equivocado con la forma en que manejó las emociones, diálogos y situaciones en la que Junior (Samuel Lange Zambrano) se ve envuelto.
Oda a la intolerancia y a una realidad social que no solo se vive en Venezuela, sino en muchos de nuestros países hispano-parlantes, donde el ¨pelo malo¨ pasa de ser un adorno corporal a convertirse en el motor que va desarropando nuestros prejuicios.