¿Que pasa cuando lo que es pura maldad se enamora? Si, hasta ese lado oscuro que puede predominar en muchos puede flaquear ante los encantos del amor. Pero no un amor cualquiera, un amor que nace en la plena oscuridad y se desarrolla en el mismo escenario. Los resultados no deberían ser agradables para el amado ni para el amante.
El director Manuel Martin Cuenca vuelve a contar una historia de amor diferente, ya en ¨La Flaqueza del Bolchevique¨ (2003) había contado un extraño romance entre un hombre maduro y una adolescente, unidos por una situación poco común. En esta ocasión nos presenta a Carlos. Carlos es el sastre más prestigioso de Granada, pero también un asesino en la sombra. No tiene remordimiento, ni culpa, y como todo buen depredador vive en solitario, con poca necesidad aparente de encajar en su sociedad. Por circunstancias creadas por el mismo, aparece Nina, que no solo cambiara su modus operante, también sus sentimientos.
La interesante de la película es la puesta en escena de los personajes. Cada uno, por pequeño rol que aparente, es sumamente importante en la historia. Carlos es la clara representación del mal, sin embargo, Nina representa la inocencia, esa inocencia que puede parecer fingida, pero a la larga nos demuestra su realidad.
Una extraordinaria fotografía por Pau Esteve Birba, responsable de la atmósfera sufrida en ¨Buried¨, conjunto con la soberbia actuación de Antonio de la Torre, sumándole una muy buena dirección de Cuenca, conforman una muy buena película, que no alimenta el morbo de su nombre, sino que de una magistral manera, nos sumerge en la vida de estos atípicos enamorados. Y como el amor tiene muchos significados…